28 de diciembre de 2006

Palabras al vacío en el día más largo de mi vida

Callaré... Quizás este silencio calme de pronto la tempestad que llevamos dentro. Mejor descansaré, haber si llega el consuelo anhelado desde lo alto. No lucharé por entender nada ni pensar en nada ni nadie; no hablaré de nadie.
Si pudiera recoger todas las lágrimas, seguro que unos varios litros juntaríamos. Hasta que hoy todo llega a su fin. O digamos su fin-inicio.
Mejor pensaré como un niño y lo extrañaré como quien se va al trabajo y vuelve a la noche. Y cuando llegue lo recibiré con gritos de alegría y saltos de sorpresas.
Cuando nos abracemos de nuevo, creo que le diré el "te quiero" que todo este tiempo le he guardado. Y volveremos a soñar juntos, reiremos tú y yo, y nadie nos podrá detener. Correré otra vez contigo como un niño, como cuando me llevabas a verte jugar fútbol. Volveremos a ser tú y yo, y cuando juegues gritaré tu nombre hasta que hagas el gol soñado, hasta que celebres el preciado premio de una jugada de pelota.
Cuando vuelvas te mostraré lo que he logrado y volvermos a recoger las naranjas que contigo recogía. O cuando caminábamos largos trechos por la angosta línea del tren. Son recuerdos que nunca olvidaré. Cuando me alzabas en tus brazos y yo era feliz...
Cuando vuelvas te pido que seas mi amigo y compadre fiel... Te contaré mis secretos más profundos y tú los tuyos. Cuando vuelvas...

En mi almohada imaginaré las navidades, los años nuevos y los cumpleaños que vivimos juntos. Y también veré las navidades, años nuevos y cumpleaños que juntos trazaremos hasta el final.

Cuando vuelvas de este largo viaje, te esperaré con los brazos abiertos y con un rótulo que diga PERDÓN. Y ahí te defenderé con todas mis fuerzas y no dejaré que nadie te toque. Cuando vuelvas...

Quiero ser un niño: llorar como niño, gritar como niño, jugar como niño y correr como uno de ellos. Lo que me queda por ahora es sólo llorar como niño, hasta que todo esto pase y el resquicio de una batalla más quede grabado en mi corazón.

"Los momentos más tristes son aquellos que sirven para contrastar los más alegres, cuando la vida trae restauración. No gritaré hoy, no llamaré a nadie. Sólo daré gracias por terminar este camino e iniciar otro. Nadie sabe lo que hemos vivido... Muchos opinan, pero pocos nos conocen... Seguiré caminando y confiando y amando y luchando y soñando más y más"

24 de diciembre de 2006

Regalando perdón

El aire sigue perfumado del olor de las carnes y la música se ha impregnado en el aire, llevando a todo lugar la alegría y la sinceridad de estas fechas.

Seré breve...

Creo que una sola cosa puedo regalar en este fin de año tan diferente a otros: perdonar. Perdonar es morir a nuestros derechos y a nuestros argumentos. Perdonar es dar la mano en tiempos de amargura, extender la ayuda en tiempos de guerra...

"Creo que no hay nada como una oración sincera en estos momentos. Una oración que toque el corazón del Padre... Nunca pude seguir luchando... Si estoy aquí es porque antes de desfallecer, tu mano me alzó nuevamente y tu amor se renovó en mí. Nada como un momento de conocerte y callar. Callar las injusticias, callar las traiciones; confesar los errores y admitir las caídas... Quisiera tan sólo que llegara el día en donde pueda abrazar a mi familia y entender los propósitos de los momentos difíciles. Muchos opinan acerca de nuestra situación, pero pocos son los que se acercan con ánimo pacífico y con ganas de ayudarnos a salir...

Vuelvo al principio... Vuelvo a callar... Vuelvo a desprenderme y perdonarlo todo... Abrazar sueños nuevos. ¿Por qué me parece que tu sanidad tarda tanto? Esperaré confiado en que estás limpiando, desinfectando y vendando cada una de las heridas que hoy llevo sobre mi cuerpo lánguido. Esperaré a que pronuncies otra vez tu nombre sobre mí... Esperaré a que nos libres de la cárcel para seguir creyendo lo imposible... ¿Por qué me parece que te pongo tantos límites? Esperaré a que digas lo que soy capaz de hacer y no mirar más mis defectos ni los de los demás... Esperaré a morir a todos mis deseos y desafíos personales... Esperaré a desestimar incluso los logros más grandes de mi vida con tal de amarte hasta el final y conseguir una corona que pueda entregar a tus pies. ¿Qué son los triunfos sin el sentido que tú le das? ¿Qué son las derrotas sin la madurez que tú puedes traer?

Vuelvo a terminar un año... Y en un pesebre la imagen eterna de un bebé entregado para toda la humanidad. Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Y ese pensamiento se encarnó en Jesús para volver a darme vida, esperanza y la dicha de recibir y dar perdón!


Feliz Navidad a todos...

15 de diciembre de 2006

El final de un tiempo


Fue un día como ningún otro... Nunca esperé vivirlo así. Esta semana dejé mi cargo en el núcleo de GBU. Lo imaginé de muchas maneras, pero ninguna de ellas se cumplió. Sólo quisiera dar gracias a Dios por todo lo vivido, por el ánimo con que entré y la motivación con la que salí. Fue un entrar y un salir sorprendente. Gente me ministró y yo también lo hice con otros. A muchos úsó Dios para tocar la fibra más íntima de mi ser. No olvidaré las risas, las tristezas y todas las experiencias. No olvidaré cuando salimos a orar por los mendigos de Avenida La Paz o cuando actuamos frente a toda la facultad. Fue emocionante vivir eso.
Y se condensó todo en un año. No pensé que los momentos más terribles y a la vez los más sorprendentes se suscitaran en un mismo año. Hubo de todo... ¿Alguien sintió soledad? Yo también. ¿Alguien sintió impotencia? Yo más. ¿Alguien se sintió sin fuerzas? Ya somos dos. ¿Alguien oró mucho porque la universidad conociera a Jesús? Yo también. En todo entiendo que el amor del Padre me confiaba asuntos en los cuales era incapaz. Fueron cosas soñadas que no quise vivir, pero que me hicieron crecer y soñar. Nunca como este año quise soñar. En medio de la tormenta, llorando de aflicción y de impotencia, algo me hacía volver a creer... Cuando llego a este punto no me puedo contener: Dios cambia mi vida como un suspiro.
El amor del Padre no es ir a la Iglesia y cantar canciones y aprender de la Biblia. Ese amor trasciende los tiempos y cambia cualquier corazón. Ese amor no se limita a algo bonito. Es soñar con Él, enamorarse de lo imposible, es cambiar lamentos en baile, lágrimas en sonrisas, fracasos en sueños nuevos. El amor del Padre es más que lograrlo todo en la vida, es más que un éxito, es más que un esfuerzo. Si pudiera describir ese amor, seguro caerían las lágrimas y vendría un silencio que lo llenaría todo y sanaría todas las cosas.

Así entregué mi cargo. Entré callado y salí soñando un futuro nuevo. Entré pequeño y salgo más grande. Entré sin creer, y salgo creyéndolo todo.

El precio es seguir soñando!!!

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La oficina estaba oscura y nadie tenía ganas de encender las luces de la oficina. Recuerdo que estábamos cansados... muy cansados. Nadie sabe cómo lo estábamos. Una secretaria ejecutiva y un ex-encargado de núcleo. Lo único que recuerdo de aquel momento es que las lágrimas brotaban sin permiso y nuestros rostros estaban cansados de la batalla. Vi que estábamos con amargura. Pero había un mismo pensamiento: debemos salir adelante y seguir creyendo.
La habitación estaba oscura. Todos iban yéndose y nosotros estábamos aún allí, queriendo salir de la realidad, queriendo recibir alguna buena noticia. Lo único que supe en ese momento es que Dios amaba la transparencia de ella y que sin importar las capacidades y los errores, Dios amaba esa sinceridad. ¿Alguien busca ser perfecto para agradar a Dios? ¿Alguien busca algún buen pretexto para acercarse a Dios y que Él confíe en él? Aquí les va una noticia: el Padre se alegra en los que reconocen sus errores. Él habita con los débiles. Él da gracia a los humildes...

Fue lo que supe... Así terminó este año en GBU: sin luces ni reconocimientos; sólo dando gracias por la amistad y abrazando un mismo sueño a los pies de Jesucristo.

"Gracias Grace por confiar en mí"

11 de diciembre de 2006

El resultado de una batalla

Muchas veces nos preguntamos la razón del sufrimiento y nunca llegamos a respuestas muy concretas. Y ya que muchos autores se han referido al tema, sólo me gustaría tocar 3 resultados de los tiempos difíciles:

a) Purificación: Los momentos de mayor tensión y sufrimiento purifican el carácter de la persona y la hacen más adaptable a los cambios. Eso implica morir a muchas actitudes y perder deseos personales en pos de un objetivo: salir adelante en medio de la tribulación. El que es perseguido deja atrás los cuestionamientos del pasado, y adquiere de manera sorprendente una valentía que sólo la expereancia es capaz de dar. El carácter también se torna dócil y capaz de soportar ofensas.

b) Madurez: Muchas situaciones se dejan de tomar tan a la ligera , y hay mayor sabiduría en todas las cosas. Involucra inteligencia para dar consejos de parte de Dios, y también autoridad para ayudar a otros a superar los problemas difíciles.

c) Gozo: Este punto es conflictivo. ¿Cómo puede un momento de sufrimiento poder llegar a gozo? Resulta poco creíble y racionalmente imposible. Pero qué glorioso que aún en los momentos de mayor tristeza podamos dar una sonrisa de alegría y cambiar el lamento por una alabanza. Y lo que más supera todo esto es el hecho de que Dios resucita los sueños caídos, crea sueños en los corazones de los que están dispuestos a creer.

Si tienes un sueño, ni siquiera las circunstancias más difícilies podrán apagarlo. Si el sueño que Dios te dio lo crees, quizás puedan tratar de extinguirlo, pero nadie lo logrará. A SEGUIR SOÑANDO. NO DEJES DE CREER QUE DIOS TE SIGUE SANANDO Y PROYECTANDO TU VIDA A COSAS MAYORES.

3 de diciembre de 2006

Retrato de un nuevo día

Apoyado en el barrote de la reja, miraba perdidamente al horizonte para ver si llegaban pronto. Miraba por si lograba asirme de algo que calmara esta tempestad. Involuntariamente mis ojos comenzaron a cristalizarse y mi cuerpo comenzó a temblar levemente. Estaba solo... Preferí no entrar a la casa y esperar a ver si llegaba la salvación...

Apoyado en el barrote de la reja, comencé a leer el libro de mi vida. De cómo los tiempos han pasado, y de cómo se ha revertido todo... Y solamente clamaba en mi interior: "Dime que nunca me dejarás"...

Apoyado en el barrote miraba mi futuro, a ver si lograba asirme de algo para alcanzar el éxito. Y sin encontrarlo, mis ojos comenzaron a cristalizarse otra vez... Sentía que quería huir y dejar todo botado... Intenté escuchar adentro... Sólo vi llantos, y un golpe que alguien lanzaba. Fue todo tan rápido que no pude reaccionar... Después vi carabineros, vi a mi madre que partía, vi que mi padre salía a la feria, que mis hermanas salían a caminar...

Apoyado en el barrote de la reja, me di cuenta que estaba cansado... Y le dije a Dios: "Me canso de ser hombre. Me canso de ser cristiano..." Sólo se escuchaba un silencio a la distancia, una soledad que me llamaba otra vez... Las lágrimas brotaban sin permiso, cargadas de una esperanza lejana. Mis labios comenzaron a temblar... ¿Dónde quedaron las dulces canciones que cantábamos? ¿Dónde están las risas de los niños? ¿Dónde huyó la felicidad de antaño? Al parecer partió. Al parecer la espera está tomando sus primeras víctimas.

Apoyado en el barrote sentí que volvía al pozo de la desesperación. Ahí donde las cárceles son miles, y gente habla groserías las unas contra las otras. Me pareció haber vuelto a escuchar las palabras de aquel pozo... Y vi a los pequeños atrapados en una cárcel...

Apoyado en el barrote clamé desde el silencio. Clamé desde el desierto por justicia, sin recinir más respuesta que el viento pasando por mi mejilla... Había un contraste entre el mundo real y el mundo de mi casa... El mundo real exhibía un cielo despejado y soleado, pero el mundo de adentro seguía nublado y tenebroso... Al parecer lloraba un niño, al parecer gritaba con dolor.... Entonces me rendí... Las cosas han llegado demasiado lejos. Ahora la maldad es bondad, la mentira es verdad y el mal es bien... No quise nada más...

Me canso de ser cristiano...


Pero hay algo que no me deja tranquilo. Podría dejar de hablar las palabras de Dios, pero un fuego se mete en mi interior y me dice: "Sigue adelante, yo estoy contigo". Dejaría de cantarle canciones por las mañanas, pero no puedo... Estoy ligado a Dios... Mientras más sufro, más me apego a Él y más siento que me consuela. Mientras más quiero huir, sus palabras aun hacen eco en mi destino... Es un fuego que cala mis huesos y que me dice: "No te dejaré"... Dejaría de cantarle canciones por las noches, pero mientras más trato de no hacerlo, más sediento me siento, y mi vida me impulsa a ir y tomar de esa agua...

Apoyado en el barrote de la reja, miré mi destino.. Miré a los que Dios podía salvar, y me quedé inmóvil, sin esperar más que un abrazo, más que un "yo estoy contigo para librarte"... Mientras más digo: No oraré más, tengo fuerzas para orar. Mientras más digo que no le compondré más canciones, entonces recibo mayor inspiración. Mientras más digo que huiré de Él, más siento que me toma en sus brazos y calma esta tempestad...

Y dejando el barrote de la reja, y luego de caminar un trecho escabroso, tomé la guitarra y canté simplemente:

"Tu fidelidad es grande
tu fidelidad incomparable es
nadie como tú bendito Dios
grande es tu fidelidad"

Son lágrimas de perdón... Son lágrimas de nuevos sueños depositados, nuevos consuelos de parte de Dios... Son sus manos sanando mi ser... Siento un fuego más intenso cada vez que me dice: "Eres mío y nunca te dejaré".

La cultura del balcón

Algunos gritaban por allá. Los de acá aplaudían y gritaban. "Llévense a la vieja loca", se escuchaba por ahí. Desde muchos balcone...