22 de noviembre de 2008

No dejo de creer

"¿A quién engaño?". Ese fue el título de mi último grito desesperado y que, por cierto, estaba cargado de cuestionamientos acumulados en el tiempo. Y precisamente estas líneas me han servido por largos 2 años para desahogar mis más profundas reflexiones y para vertir mis formas de ver la vida, y por sobre todas las cosas, vertir mis sueños y también mi restauración. Sueños a momentos cubiertos por nubes de dudas y restauración mirada a través del lente de los constantes problemas.

Frente a estos cuestionamientos me dije a mi mismo: "¿Debo cambiar...? Quizás ser un poco más duro conmigo y con los demás. Quizás ser más frío o más insensible frente a la vida. Posiblemente de esa manera podría dejar de pensar tan sufridamente las cosas y recibir las cosas sin esperar mucho de la gente... sin ilusionarme con que las cosas cambien. Cambios que he soñado y luchado desde que tengo uso de razón. Cambios por los que oro todos los días. Me he dado cuenta que en realidad no es la gente externa a mi familia la culpable de todos los problemas, sino que somos nosotros mismos... es nuestro egoísmo, nuestras posturas que no quieren ceder... es nuestro orgullo de humillarnos, de dejar de aparentar y dejar el egocentrismo de lado para centrarnos en el bienestar común.

La familia... siempre pienso en ella como un iluso sueño en mi vida. La sueño cada vez que camino orando a Dios. La sueño restaurada en cada canción, en cada instante, en cada lugar, en cada logro que alcanzo. A momentos he deseado su preocupación, y no la he visto... he sufrido el abandono muchas veces, y mis hermanos también... de ver a mis papás peleando todo el tiempo y nosotros ahí en medio, tratando de mediar todas las veces, y siendo el blanco de las críticas: "que no le dices esto a tu mamá..." "que eres esto..." "que no me comprendes, David..." "que tu papá me ha hecho daño". Son cosas a la que estoy acostumbrado. Cuando veo a papás preocupados e involucrados con sus hijos, me sorprendo y quisiera que tuviéramos un poco de eso en mi familia. Es mi sueño saben... nunca lo he dicho, pero es algo que desearía ver alguna vez :'(

"Llora tus penas, todas tus penas"... ese fue el consejo de mi amigo James. "Pero después, sécate la cara"... Y en eso estoy... secándome las lágrimas y siguiendo adelante. Si dejara de soñar creo que no sería yo. Yo soy como un mono porfiado que lo pueden golpear, pero me vuelvo a poner de pie. ¿Traicionado? Sí, varias veces, y por alguien muy cercano. ¿Pasado a llevar? Más veces. ¿Humillado? También. Pero de todas Dios me ha sanado, y aquí me tienen, de pie de nuevo... El día que deje de creer, dejaré de ser yo... será el día en que deje de seguir a Dios.

"Sécate la cara"... creo que debo seguir adelante en mi camino, como hombre. Pero no un hombre duro e insensible, sino apreciando el valor de lo que he vivido para el bien de otros, para restauración de otros y no para dañarlos. Para adorar a Dios y no para alejarlo. Sigo creyendo en ver mi familia restaurada, aun así me digan que soy tonto o que soy un iluso... sigo creyendo eso que para mí parece tan imposible... eso que anhelo ver alguna vez hecho realidad. Sigo creyendo aunque el mundo se vuelva a dar vuelta otra vez, como lo hizo hace 2 años...

"Señor... aquí estoy otra vez para ser moldeado por ti. Cámbiame... renuévame... quiero ser como tú cada día de mi vida. Te agradezco por ver tu fidelidad pese a mi necesidad y mi carácter. Pese a mis errores y a no poder más..."

2 comentarios:

JamesRock7 dijo...

Amigo
bkn la madurez que has alcanzado...
me siento orgulloso de ello.

Bye!!

Jaime.

PD: Recuerda 1 Mac 3:14
...14 pensó: "Voy a hacerme famoso..."

Anónimo dijo...

Eclesiastes 3:15

La cultura del balcón

Algunos gritaban por allá. Los de acá aplaudían y gritaban. "Llévense a la vieja loca", se escuchaba por ahí. Desde muchos balcone...