27 de noviembre de 2008

Religión

Los fariseos era férreos defensores de la ley. "Dios dice: No mates, no robes, no bebas". Seguro los que en las calles los primeros en tomar el megáfono y ser portada en los diarios y estar en los avances de las noticias de las 9 era ellos. "El Señor ha pedido que diezmen cada mes, que no dejen de cumplir sus obligaciones para con él; eso será agradable para él". Por supuesto que la ley era recitada sin faltar un punto ni una coma. Los comentarios de las viudas no importaban mientras ellos fueran a cenar a sus casas a orar, a escuchar algo de sus "sabias" palabras. Era lo correcto, lo que la tradición de años construida desde los patriarcas. Era lo respetable, lo admirable.

Entonces llegó Jesús. Carpintero, rabino y un tanto extraño. Se levantaba temprano a orar. Las luces no se enfocaban en él... menos la música de presentación le daba la bienvenida cada vez que entraba a la sinagoga. No... él no era esa clase de personas que buscaba el escenario para "mostrarse". Él era la respuesta a un mundo de leyes podridas por las tradiciones humanas y a un ambiente cargado de intereses creados y egoísmo. Era la respuesta a una exclusión y a un encierro que mataba el sentido de la ley y enterraba el amor y la misericordia, para reeemplazarlo por la monótona ley recitada todos los sábados de igual manera.

Estoy cansado de vivir cómodamente. A veces oro diciendo a Dios: sácame de este conformismo, de sentir que ya está todo ganado y que hay más personas que pueden hablar de ti. Digo: Sácame de la mediocridad de juzgar a los demás sin conocerlos... Me he dado cuenta que rápidamente cambiamos la revelación por religión, llenando nuestras vidas de ritos y costumbres que lo único que hacen es mantener por años lo que alguien una vez vivió con intensidad. Quiero ver vibrar a la gente por Dios, y no por algo emocional. Tan fáciles somos para vivir para los mandamientos, dependiendo de ellos nuestra conciencia...

"Si no vas a la iglesia, no estás agradando a Dios", "si no eres próspero económicamente, entonces hay un error en tu vida", "si no haces esto, perderás tu salvación". ¿Acaso alguna vez la vida cristiana ha dependido de nosotros? ¿Acaso no depende de Dios quien juró por sí mismo que nos sería fiel? ¿Entonces por qué nos gusta ponerle nuestro nombre a las tradiciones, o por qué nos gusta cambiar su revelación vibrante por una simple y continua repeticion en el tiempo. La verdad todo esto suena como a alguien resentido jeje, pero no es así. Apelo a un anhelo personal muy profundo de ver gente apasionada por Dios, llenas de su revelación y no de religión, plenas en una relación con él y no hundidos en la tradición de 100 años que no salva a nadie. Quizás al decir eso toque la sensibilidad de algunos, pero aunque valoro mucho lo que otros han hecho antes, debemos vivir acorde a nuestros tiempos y centrarnos en lo que la gente necesita...

Quiero ser como Jesús: un rompeesquemas. Y aun si estuviera solo en esto, creo que eso he determinado en mi vida.

1 comentario:

JamesRock7 dijo...

Qué opino de esto?
La rutina y religiosidad es fome.

Prefiero la espontaneidad de las relaciones humanas día a día.

Sería.

Saludos!!

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