16 de diciembre de 2008

No soy yo, es mi actitud

En este tiempo he estado sometido a muchas tensiones y presiones en la U. Las miradas perdidas en la ventana de algunos compañeros, los ojos llorosos de mis compañeras con sus pómulos rubicundos, son la imagen de cada semana. Colapsos, entregas de material, vaciados en yeso, impresiones, etc.
Creo que la imagen que veo en mis compañeros no dista mucho de lo que he vivido en más de una oportunidad en mi propia experiencia. Fracasos a veces que terminan destrozando las ganas de aprender porque uno piensa que es chanta, que no sirve para esto, etc, etc etc...
Frente a eso me quejo a menudo que estoy cansado, chato de todo este sistema, y realmente me he dado cuenta que hasta mi manera de hablar ha cambiado porque todo el día ando pensando en lo mal que lo paso a veces...

Pese a ello, a momentos he querido probar el ser optimista y me ha resultado muy bien. Hace poco comencé a orar cada vez que venían de nuevo esos pensamientos pesimistas, y a declarar vida sobre lo que hago... y creando me ha funcionado ene!!!
Por lo mismo llegué a la conclusión de que no se trata más que de una actitud frente a la vida lo que puede hacer la diferencia en los problemas y afanes del día a día. De hecho los problemas y los afanes siempre estarán. La señora pesá que se atiende conmigo la tendré que soportar hasta fin de año... los quejidos, gente que se enoja, que se aburre siempre estará... Mi actitud puede hacer la diferencia al declarar vida sobre lo que hago...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

haz el intento de dejar que Dios marque la diferencia a través de tu vida.
Con El todo se puede
Bendiciones,

JamesRock7 dijo...

Es totalmente verdá.

Es difícil, pero se puede.

Sigue pensando así.

Dios te bendiga!!

Jaime.

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Algunos gritaban por allá. Los de acá aplaudían y gritaban. "Llévense a la vieja loca", se escuchaba por ahí. Desde muchos balcone...