14 de julio de 2009

Tiempo de volver

¿Sigues preguntando el por qué sucedieron las cosas? ¿sigues aún en el mismo lugar donde te arrojó tu problema hace 5 o 10 años? Quizás... Y estás buscando un buen oasis donde saciar tu sed de ser libres o quizás ya te rendiste al lema popular de "no sigas intentando, ya no lo lograrás" con que te has levantado estos últimos 5 o 10 años.

Muchas veces estamos a sólo un metro del lugar donde nos dejó nuestra última gran decepción o nuestra última devastación: hemos avanzado muy poco al respecto. Y así nos sentimos: vacíos, sin solución, etc. La descripción del lugar es verdaderamente triste: asolamiento, tierra estéril, falta de sueños... Muchas veces me ha tocado ver gente cristianamente correcta, pero con una sensación de abandono y de insatisfacción tremendas. Y los porqués abundan... preguntándonos por qué el problema nos arrojó tan lejos del lugar donde estábamos tan bien acomodados. Nos preguntamos en qué momento nos distragimos para no poder ver que se venía el fracaso sobre nosotros. Y leemos en la Biblia algo que nos llama la atención: "Todas las cosas nos ayudan a bien", pero ni eso llena nuestro vacío y nuestra sensación de encontrar la respuesta a esa decepción, a esa forma de ser en la que acabamos, a esa forma de ser en la que nos hemos convertido. Si esos son sus síntomas, es tiempo de volver.

Mefi-boset fue mandado a llamar por David a Lodebar. A la tierra del abandono donde fue "arrojado" luego del fracaso familiar de su abuelo Saúl. Asimismo, Dios ahora nos vuelve a llamar desde la tierra del abandono, la pobreza y la esterilidad para estar con él sin importar cuáles fueron los fracasos del pasado. Es la mano de Dios extendida una vez más como un puente hacia la restauración, como un puente hacia la sanidad que necesita nuestro corazón. Es el puente donde los por qués se disuelven en la mirada atenta de Papa... ¿lo has podido ver? ¿has podido verlo en la mirada de un niño? ¿has podido ver la gracia cuando el sol brilla o cuando pisas las hojas secas que dejó el otoño en su pasar? Es el puente de su gracia que vuelve a brillar sobre ti, sobre tus circunstancias, haciendo de nuevo vibrar tu fe, haciendo de nuevo vibrar tu corazón con la sensibilidad que en antaño se perdió. Es ya tiempo de volver a Papá... sin versículos en la mano... esta vez no necesitarás las mil horas de oración para estar con él ni tampoco la reserva de 3 días ayuno. Un sólo requisito: querer estar con Él.

Y ahora pregunto 2 cosas:
1º ¿Quieres? y
2º Si te pide que confíes en Él, ¿confiarás toda tu vida y tus tesoros de nuevo?

1 comentario:

Anónimo dijo...

estoy desesperado por su PRESENCIA
...

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