16 de septiembre de 2009

Hombres que siguen luchando

He estado ausente un poco de las escrituras de este blog, pero continuando con lo que venía escribiendo anteriormente, ahora quiero escribir sobre nosotros los hombres.
Una de las cosas que más nos define es el silencio. La mayoría de los hombres preferimos callar ante ciertas circunstancias, mostrarnos no muy expresivos o mejor dicho, un poco carentes de emociones. Quizás tratando de dar una imagen de fortaleza y de que lo tenemos todo dominado. Sin embargo, resulta aterrador pensar siquiera en que las cosas salgan de nuestras manos y sea controlado por otros. Nos cuesta ver con emoción la vida a momentos... queremos saltar pero no lo hacemos, porque eso sería caer en tonteras de niños... tampoco llorar porque - y aunque parezca que ya no creemos en eso- eso es signo de debilidad.

Los problemas nos toman por sorpresa. Mujeres a nuestro alrededor nos critican a menudo. Nos corrigen. Nos dicen que hemos engordado, que nuestro cabello ha crecido, que estamos más enojones, que estamos más materialistas, etc. Las cosas bajo control nos dicen a menudo que no podemos... que hay cosas esenciales como las relaciones de pareja, la iglesia y las cosas más esenciales de la vida, que se nos escapan de las manos y que por más que tratemos de hacer cosas, éstas no se solucionarán. Entonces buscamos señales... "Señor, háblame". Pero a veces Dios calla también. Buscamos reuniones con personas, buscamos conversar con la gente para conseguir torserles la mano. Pero nada es efectivo.

La mayor fortaleza de un hombre es su debilidad. Eso lo leí en un libro y me llamó mucho la atención. Nosotros no somos esa clase de hombres disfrazados con capa azul que podemos ir a buscar a la princesa al calabozo después de vencer al dragón. Somos esa clase de hombres que la realidad nos presiona a ser mejores, que nos presiona a dar más de lo que podemos dar, a que seamos mejores padres, mejores hermanos, mejores parejas, mejores amigos. Ante eso callamos. Ante las circunstancias difíciles quedamos paralizados.

Dios nos llama a movernos en medio de la oscuridad. Si hay algo que podemos hacer, es seguir avanzando en medio de la incertidumbre. He visto a muchas personas que abandonan sus proyectos a la primera o segunda dificultad, argumentando que "no era de Dios". Creo que hoy Él nos llama a ser hombres de verdad, hombres que siguen luchando aunque Dios no responda. ¿Y por qué no responde? Porque Él no quiere formar niños en nosotros, sino verdaderos hombres dispuestos a seguir confiando en su gracia aun cuando todos critiquen, todo vuelva a cero y todo cambie de nuevo. Es un llamado a no echar atrás los proyectos y no perder la esperanza. Somos esos hombres que, aun heridos por dragones, se vuelven a poner de pie y siguen corriendo pese a todo.

4 comentarios:

Unknown dijo...

me sorprende el punto de vista con el abordas el tema, amigo fue bueno saber que no voy tan mal (creo), habia pensado anteriormente en las presiones sociales en nuestro desarrollo como cristianos pero no especificamente como genero, pero viendolo bien es necesario hacer la diferencia.
mi percepcion general de por que Dios muchas veces es por que simplemente no vemos las señales, pero ahora puedo agregar que tal vez no hemos crecido lo suficiente como para entenderlas y El espera que maduremos y seamos "hombres hechos y derechos" para que podamos entender.

Romy dijo...

mmm lei solo un poco
no creo que solo las mujeres critiquen... creo que toda la gente critica.en fin...

pasalo bien

Ro...

David Menares dijo...

Amiga... tienes razón en lo que dices... en realidad todos criticamos.
Un abrazo grande!

JamesRock7 dijo...

ooo

buen momento para leer esto.
Lo tenía pendiente.

Gracias por recordar esto!!

Bendiciones!!

La cultura del balcón

Algunos gritaban por allá. Los de acá aplaudían y gritaban. "Llévense a la vieja loca", se escuchaba por ahí. Desde muchos balcone...