6 de septiembre de 2009

Que la mujer se someta


Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo; y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar.
Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer eres libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios."

Era sábado y era la tradición de aquel entonces ir a la sinagoga a buscar y a aprender más de Dios. La historia relata que incluso Jesús estaba allí, enseñando. El cuadro nada hacía presagiar de algo que alterara la costumbre de cada mañana sabatina. Pero había allí una mujer encorvada hacía 18 (sí! 18) años. Mujer que había pasado gran parte de su vida mirando sus propios pies y los de los demás.
La historia relata que ella había intentado des-encorvarse anteriormente. Por eso dice: "... y en ninguna manera se podía enderezar"
. Es decir, nos encontramos ante una mujer que se había esforzado- quizás por todos esos 18 años - de recuperar su condición normal.
Cuando Jesús la vio, la llamó y lanzó una declaración poderosa: "Mujer, eres libre de tu enfermedad". Nada había funcionado. Los kinesiólogos judíos y los terapeutas ocupacionales con mención en "mujeres encorvadas" no había logrado lo que Jesús si había conseguido: "Sanar y rehabilitar a la mujer". Entonces se viene lo mejor: la mujer se endereza y acaba glorificando a Dios. ¿Poderoso no es cierto?


Quizás más de alguien se alarmó y puso el grito en el cielo cuando vio el título de este escrito. Sólo lo hice para llamar la atención jejeje. Esa mujer nos representa a todos: andamos encorvados, enfermos y cansados. Nos sentimos vacíos. Vamos a la iglesia y no sentimos nada, como si todo fuera distinto a antes. Que a medida que han pasado los años nos sentimos desgastados y que hemos tratado de alguna y de todas las formas de solucionar nuestros problemas sin haberlo conseguido. Pero la solución está en Jesús: él nos llama y nos dice que seamos libres de nuestra enfermedad. ¿Has buscado soluciones? ¿Has tratado de cambiar tú solo? ¿Has buscado encontrar en ti el remedio a tus problemas? Porque hay una salvación: dejar que él nos llame. Dejar que él nos sane y no nosotros. Y confiar. Confiar en Jesús. Porque si no lo hacemos, seguiremos estando cada día de reposo sin recibir la sanidad que él nos ha prometido.

La mujer recibió está palabra: "Sé libre". Y ella lo fue. Y glorificaba a Dios por todo esto. Je. Casi la puedo imaginar llorando y saltando, siendo libre. Porque cuando somos libres, somos realmente nosotros y surge del corazón una actitud espontánea hacia Dios de adoración. La sanidad lleva a la adoración...

"¿Le has escuchado que te habla..? ¿Has visto que quiere honrarte y darte lo mejor? ¿Lo has visto? ¿Le has visto en el día a día, cuando llueve, cuando cantan los pájaros? ¿O has esperado la gran felicidad en el futuro cuando Dios te está diciendo hoy día mismo que seas libre de tu enfermedad y seas libre por dentro para adorarle? ¿Le has escuchado? (repito)... ¿o lo que vives hoy son sólo las glorias o ruinas de un pasado que ya fue? Es tiempo ya de oír su voz... porque ya es tiempo...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

wow! simplemente! words less!

cariños amigo!

Joycita

JamesRock7 dijo...

Concuerdo con el escrito.

Agrego:

Una vez, aprendí de que llega un momento de que, aunque uno no esté suficientemente sano, se debe volcar a servir a los demás, en vez de mirarse siempre hacia uno mismo. De este modo, sirviendo a los demás, uno comienza a encontrar la sanidad que falta.

Puedo decir que esto es cierto, pues lo he vivido.

Saludos!!

Romy dijo...

Amigo.. cuando vi el titulo me dije
"y este qué se cree"
esto es digno de Fb...
de verdad me hiciste click...
mas palabras sobran...
dijiste lo preciso y consiso...
te quiero por montones..


pd. me fue bien en mis pruebas, gracias por preocuarte..

Ro.

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