5 de marzo de 2011

Manos inexpertas... casos perfeccionistas

Siempre la veía llorando después de cada evento en que se presentaban sus bailes. Esa compañera del colegio de la básica era extraña en ese sentido porque cuando habían actos conmemorativos, se preparaba mucho y juntaba a otras compañeras para que bailaran juntas frente a todos. Cuando llegaba el día de presentarse, el baile les salía muy bien y se veía que había producción en todo. Sin embargo, terminados los actos siempre la veía llorando y lamentando que algo (cualquier cosa) no había resultado como estaba planificado o ensayado.

A veces, en cosas que debiéramos disfrutar - tanto las cotidianas como aquellas que más profundas - nos volvemos más complejos de lo que debiéramos. Si uno se vuelve muy perfeccionista en todo, corre el riesgo de ser demasiado autoexigente y de exigirle mucho al resto. Por eso mismo creo que siempre es saludable tres cosas que me planteado como política de vida:

1º No darle muchas vueltas en la mente a las actitudes y/o acciones que nos ofenden de los demás o en cosas que esperamos de ellos y no se dan.
2º Planificar con rangos de error, pensando siempre que en cualquier etapa algo puede irse de nuestras manos... y...
3º Aceptar que los demás funcionan a ritmos muy diferentes a los nuestros, y lo que parece tan ofensivo para nosotros, para otros no puede serlo... y para ello es necesaria la comunicación.

Para respirar vida es bueno dejar de lado todo el peso que cada día se añade a nuestros hombros. Peso que tiene relación con el trabajo, la universidad, los problemas no resueltos, quien no me saludó, quien no hizo esto o aquello. Hay gente que me he dado cuenta que es aficionada a fijarse en los detalles para criticarlos... Si bien es bueno poner la vista en detalles, lo no saludable es comenzar a disparar con quejas para todos lados. Siempre hay cosas que no funcionan como nosotros queremos y eso no significa que estén mal... al contrario, debemos esforzarnos por adaptarnos a las condiciones que nos imponen los lugares donde nos desenvolvemos.

Para vivir saludablemente también uno debe esforzarse en aprender, especialmente de los errores propios. Uno no puede pensar que todo "debe" salir bien, porque si no nunca disfrutaremos nada. Sí debemos dar lo mejor de nosotros, aunque cometamos errores de por medio. En fin, es saludable a veces dejar de analizarlo todo y disfrutar más de las cosas generales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

verdad lo que dices y es muy cierto, en trabajo,universidad,etc... hay gente muy detallista, llegan al extremo ser autoexigentes,perfeccionistas y fijona,si fracasan se frustan de una manera..wow... pero uno debe aprender aceptarlos cómo son porque son nuestro projimo,y ya no nos podemos cambiar,debemos dar el mejor fruto y como hijos de Dios,ser diferentes y marcar la diferencia con la ayuda fiel de El
ese es mi aporte....

Bendiciones,
Andrea =)

Natalie dijo...

Amigo... siempre tan certero a la hora de escribir... :) tienes mucha razón en lo que escribiste, pero es difícil no caer en la perfección siendo que estamos rodeados de un mundo que constantemente nos muestra cosas supuestamente "perfectas" y hasta nuestra familia aveces nos presiona... pero creo que la clave esta en hacer nuestro posible y dejar que Dios haga lo imposible. Dejar las cosas en sus manos, ya que El tiene su propósito :)

Bendecido amigo (:
bye

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