4 de agosto de 2011

Mi familia también cambió [...]

Anoche hablé por teléfono con mi gran amigo Guille. Hablamos varias cosas respecto de nuestras vidas y de nuestros proyectos. Sentí como si hacía mucho no nos hubiéramos puesto al día en las cosas que estaban sucediendo en nuestra actualidad. En un momento me preguntó cómo estaban las cosas en la casa y si ya todo estaba tranquilo. Le contesté contento que ya las cosas estaban bien y que todo estaba tranquilo.

Porque ha habido muchos cambios desde que todo el gran problema matrimonial y familiar estalló. Las relaciones en ese tiempo se tensaron hasta tal punto que recuerdo no haberle dirigido la palabra a mi papá. La decepción y la angustia nos hacían fácilmente sus presas y era difícil perdonar. Los gritos y las noches de insomnio eran parte de la rutina que ya nos habían sometido las peleas agudas desde hacía 6 meses. Reinaba el caos y la sensación de que todo esto no tenía solución. Claramente no tenía muchas ganas de hacer cosas y me refugié en el estudio y en el silencio. En realidad todos nos volvimos aún más callados de lo que éramos. Mis dos hermanos mayores se casaron después y hoy ya tienen hijos. Tanto mi papá como mi mamá aquietaron sus ánimos y los pequeños se ven tranquilos, creciendo bien. Je... en realidad ya no son tan pequeños; han crecido y ya manifiestan opinión frente a la vida y se dan cuenta de todo.

Mis papás no se hablan. En las reuniones sociales tiendo a disimular que me siento incómodo por su relación... o mejor dicho, por su no-relación. Hace mucho que no hacemos una gran reunión familiar donde estemos todos aquí en la casa... casi siempre hay que buscar otros lugares o instancias. Es extraño relacionarse con tus papás por separado, haciendo el ejercicio mental que cada cual puede rehacer sus vidas como quiere. Es extraño ver a tu papá cuando retira a las niñas una vez por semana para que las tenga una tarde y luego las vaya a dejar... También es difícil asumir el hecho que ambos por separado te exijan responsabilidades en la casa a veces...

Ustedes podría pensar que mi vida es triste. Y no. También podrían pensar que a veces me siento solo o me deprimo. Y no. Podrían creer que ya no hay nuevos sueños. Y no. Mi vida sonríe en este tiempo... El Señor, a punta de mucho porfiar conmigo, me ha enseñado a agradecer por todo, incluso por lo malo. Ese agradecimiento me ha permitido poner la atención en lo que Dios ha hecho: que las cosas están más tranquilas, que los niños están bien, que mis hermanos se casaron y tienen sus propias familias, que ya soy tío, que me ha dado un buen trabajo y que tengo una princesa a mi lado.

Dios ha sido tan bueno, que todo eso que pasó, ya me ayudó a perdonar todo y a tener relaciones sanas con mi familia. A causa de eso, me encontré con él de nuevo y mi vida respira otro aire ahora y ya no depende del color de las circunstancia, sino de la seguridad de que Dios me ama, está conmigo y tiene un plan perfecto para mi vida. A causa de eso, pude inspirarme tantas veces y componerle canciones que él solamente escucho y escucha... A causa de eso hoy dependo completamente de Él y camino con la seguridad de que él es capaz de cambiar cualquier circunstancia alrededor, por más difícil que parezca.




3 comentarios:

Anónimo dijo...

No era el fin,lo bueno que Dios a su tiempo cumple sus promesas sobre los suyos,Él conoce y sabe perfectamente hasta donde podemos llegar y aguantar una crisis,un dolor,una angustia,lo dificil de llegar a perdonar,pero es hermoso perdonar porque es un proceso que se aprende a vivirlo a concho.
Dios restaura a su tiempo y lo hace de manera extraordinaria, que bien por ti que de a poco se van cumpliendo todos tus sueños y Dios te ha ido respondiendo todo lo que siempre has querido.
lo bueno que no solo, sino bien acompañado con tu princesa.

Dios les bendiga mucha y les siga bendiciendo.

Andrea M.

JamesRock7 dijo...

Hace un tiempo atrás, hice un compromiso: dejaría de vivir una vida donde me quejara por todo.

Creo que ahora estoy mucho mejor, más feliz y agradecido. Y eso que las circuntancias (casi) no han cambiado mucho.

Que bueno que ahora tu vida se ha llenado de color.

Espero ver cómo sigue... :)

Abrazos,

Jaime.

Fabiola dijo...

Esta preciosa tu foto familiar y me alegra mucho verte tan feliz... bendiciones querido amigo =)

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