29 de agosto de 2011

Un nuevo rumbo en este blog

Cuando nos encontramos con Él y su amor nos inunda, nada podemos resistir. Cuando lo conocemos sentimos que lo tenemos todo, pero a la vez que estamos vacíos. Y pese a que lo hemos encontramos, lo buscamos todos los días.
Cuando el amor del Padre irrumpe en una vida, el cielo entero se estremece, cantan los ángeles, se gana una batalla. Cuando vemos una nueva revelación de su persona, los problemas se esfuman y las peticiones dejan de tener otra respuesta que Él mismo.
Cuando lo conocemos, Él nos restaura y luego nos hace girar los ojos alrededor y ver la necesidad por la cual él está trabajando. Luego de encontrarse con nosotros, Él nos envía a los demás a llamarlos hacia su presencia. No importa nuestra condición. Para él no existe mayor o menor capacitación. Sólo espera discípulos que puedan pagar el precio... y que puedan perdonar, amar sin esperar recibir y dar su vida entera en amor a Él.

"Heme aquí, Señor..."

1 comentario:

Anónimo dijo...

- Arrepentirnos de corazón.

- volvernos hacia Él con el primer amor.

- volver a la Intimidda ahí es donde nos espera, en nuestro dormitorio y nos mostrará sus secretos.

-dar tiempo sólo eso pide que le demos tiempo.

- perdonar aprender a perdonar

- Aprender ser Humildes,aceptar a los demás sin juzgar.

- Amar a nuestro prójimo.

- servidores que nos guste servir y tener siempre disponibilidad.

... y entre muchos puntos más...

Bendiciones,
Andrea M.

La cultura del balcón

Algunos gritaban por allá. Los de acá aplaudían y gritaban. "Llévense a la vieja loca", se escuchaba por ahí. Desde muchos balcone...