2 de febrero de 2012

Dar mucho o dar poco (parte II)

La segunda parte de este tema, la quiero centrar en uno de los temas que tal vez más me ha llegado y más he aprendido: Cuidar el corazón. Para ello he querido centrar este discurso en un versículo que para mí es clave para llevar relaciones sanas:

"Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida" (Proverbios 4:23)

¿A qué se refiere la Biblia con "guardar" el corazón. No significa para nada encerrarlo ni mantenerlo en oculto, sino más bien tiene relación con cuidarlo del daño, de protegerlo. Y eso es a veces lo que nos cuesta.
Cuando nos exponemos a ser dañados, no estamos cuidando el corazón. Esto sucede, por ejemplo, cuando queremos sostener una relación en la que una de las partes entrega y la otra no hace nada. Cuando la balanza está desequilibrada y nos acostumbramos a eso, no estamos cuidando nuestro corazón. Esto también tiene relación con que muchas veces soportamos y soportamos el sufrimiento a causa de la indiferencia de alguien de quien queremos captar la atención, y esa persona no nos considera. Es cierto que al amar, uno tiene que entregar, pero no tanto como para sufrir gratuitamente o que perdamos la dignidad como personas.

Dios nos manda a cuidar el corazón por sobre todas las cosas, porque si lo cuidamos entonces emanará vida de nosotros, porque sabremos cuánto valemos y cuánto nos deben amar los demás. Porque si nos amamos a nosotros mismos, también podremos amar a otros de manera sana y con su justa medida de valor.

Dios les bendiga =)

No hay comentarios.:

La cultura del balcón

Algunos gritaban por allá. Los de acá aplaudían y gritaban. "Llévense a la vieja loca", se escuchaba por ahí. Desde muchos balcone...