9 de marzo de 2015

Dichosos los humildes

No es fácil ser humilde. Se confunde mucho con timidez e inseguridad. Sin embargo, eso dista mucho del real concepto de humildad. Según la RAE, la humildad es  la "virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento". Uff. ¡Qué difícil llegar a esto! Tal vez lo que más cuesta es desarrollar este autoconocimiento. Saber cuál es nuestra capacidad de soportar, de ser criticados, de enfrentar un desafío, etc. Tendemos a dejar que los demás controlen esta área del autoconcepto, sin permitir que Dios nos ayude a indagar en nuestros corazones para conocernos.

Como vemos, humildad tiene mucho que ver con identidad. Dios está muy interesado en que entendamos y creamos en la identidad que nos ha dado en Él. Identidad de hijos. Identidad de saber que no necesitamos aparentar para ser valorados, sino vivimos porque ya somos valorados. Tal vez por eso el resultado de la humildad sea el que señala Mateo 5:5b: "... porque ellos heredarán la tierra". Para recibir tal herencia que Dios tiene, es necesaria la humildad, para entender que no fue por nuestros méritos.

Quiero citarles unas palabras que escribí respecto a este mismo tema, pero en octubre de 2006. Creo que refleja mucho lo que quiero transmitirles:

""Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo..." (Filipenses 2:3)

Permítanme leer este versículo de atrás para adelante:

"Si cada uno estima a los demás como superiores a él mismo, entonces se evitarán contiendas y vanaglorias" (Del Autor)

(Sobre la humildad) Me llama tanto la atención esta palabra. Lejos de ser algo abstracto, es un concepto que toma cuerpo cada día. Decidimos tomarlo, o simplemente darle la espalda.

Dios promete estar cerca de los humildes y darles gracia. Si entendiéramos tan sólo un poco de la palabra, estoy seguro que clamaríamos al cielo para que Dios formara la humildad.

La humildad reconoce sus errores y pide ayuda.
La humildad no guarda rencor.
La humildad llora sin temor.
La humildad corre al amor y toma su mano.
La humildad considera a los demás como un ejemplo a seguir y extrae la sustancia más valiosa de cada persona para cultivarla en su propia vida.
La humildad no busca intereses personales.
La humildad es sincera.
La humildad es la primera que pide perdón y se humilla.
La humildad es madura.
La humildad prefiere el anonimato antes que la exaltación en público.
La humildad rechaza la hipocresía y los intereses creados.
La humildad busca el bien ajeno antes que el propio.
La humildad agrada a Dios y conquistar el corazón del Padre."

1 comentario:

Anónimo dijo...

buen concepto de humildad, gracias por enseñar ya que a muchos nos falta aplicar en nuestra vida la humildad con los demás y con Dios. Bendiciones :)

Nataly

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