9 de mayo de 2017

Un nuevo comienzo

"Señor, gracias por los nuevos comienzos. Sé que estás haciendo algo nuevo porque me dijiste que así lo harías. Ni siquiera sé qué irá a pasar pero confío en ti. Nunca me has fallado y esta no será la ocasión de hacerlo. Has permanecido fiel en cada etapa de mi historia, la cual has ido escribiendo con tu propia mano.

Ahora soy más simple... no me aferro a las cosas materiales ni dependo de personas para estar bien. A través de todas las experiencias aprendo que tú eres el autor de esta historia. Es una historia de grandes proezas porque tus bendiciones me seguirán hasta el último de mis días.
 
Ya no soy tan grave con lo que sucede alrededor. Si me va bien o mal, te agradezco lo vivido pero no me quedo pegado. No es bueno quedarse pegado en los éxitos ni en las carencias. Menos confiando en que algo externo vendrá a solucionar los problemas.

He aprendido que el tiempo puede ser un buen aliado y que los pensamientos rígidos siempre terminan por romperse. Por eso me has ablandado y puedo tolerar los fracasos como parte de la misma historia que has trazado para mí. Porque son esas mismas experiencias desagradables las que siempre me han impulsado a conocerte más y a que seas revelado.

No tengo grandes sueños. No. No pido grandes cosas. Ahora he quedado en cero, en blanco, otra vez. Y te agradezco. Es la única manera de emprender nuevamente el vuelo y seguir adelante. No le temo a la muerte porque tú la venciste. Sé que estaré contigo pase lo que pase. Porque soy tu hijo y te pertenezco.

Si me fallan, perdono. Si me traicionan, bendigo. Si me duele, lloro. Si tengo rabia, hablo. Si tengo decepción, me refugio en ti. Si hablan mal de mí o inventan cosas, bendigo. Porque sabes quien soy: un hombre convencido que te ama y quiere ser como tú.

Finalmente contestaste una oración que hice el año pasado cuando me sentía frío contigo: quebraste este vaso y empezaste a formar uno nuevo, lleno de ti, de tu gracias y de tu verdad. Cuando dejé de excusarme y culpar a otros, por fin pudiste venir a limpiar los escombros de mi corazón... todo aquello que por años escondí y que por años sufrí. Ya no hay sufrimiento ni victimización; ahora hay valor para ponerme en pie y correr con menos peso y con menos temor a todo.

Ahora puedo decir que creo en ti. En ti haré proezas y alcanzaré lo que nunca imaginé, porque esa fue tu promesa. En tu amor descubrí la libertad y saber que has puesto todo lo necesario para vencer. Porque eso soy contigo. Amén."




La cultura del balcón

Algunos gritaban por allá. Los de acá aplaudían y gritaban. "Llévense a la vieja loca", se escuchaba por ahí. Desde muchos balcone...