30 de noviembre de 2017

Cajón de manzanas

Amo a Dios más que a cualquier otra persona. Desde muy pequeño mi madre me motivó y enseñó a buscarlo. Un día le pregunté, jugando en la escalera, si el Señor era capaz de hacer aparecer un cajón lleno de manzanas si yo se lo pedía. Ella sin dudar me dijo que sí. Con lo olvidadiza que es, seguro no recuerda mi pregunta, pero a mí me marcó porque desde ese día mi mente de niño entendió que Dios era todopoderoso. Desde ese día comenzó un camino lleno de desafíos en los cuales nunca olvidé esa respuesta. Y a medida que fui creciendo, ese cajón de manzanas ha tomado varias formas, pero Dios sigue siendo el mismo y yo su niño que lo amo.


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