
La noche era fría y una pocas estrellas en el cielo auguraban un amanecer nublado y helado. Caminaba solo, sin nada que entorpeciera el fluir de mis pensamientos en aquel momento. Quizás estaba un poco atemorizado por la hora; era tarde. Recuerdo que con calma tomé las llaves de la reja de mi casa, y la abrí. Luego abrí la puerta de entrada, y no pasaron 3 segundos cuando una de mis hermanitas (Elizabeth) me dice: "¡Hola Vid!" (porque me dicen "vid" en vez de david) Entonces yo la abracé. Tras ella mi otra hermana (Carla), la menor de todas, me abraza también, y en el acto me dicen con entusiasmo:
- ¡Te tengo un regalo! Ábrelo.
Exclamaban con mucha alegría. Una de ellas me entregó un sobre de papel de regalo. Pero yo, en vez de abrirlo inmediatemente, me fui a hacer otra cosa, preocupado de mis proyectos mentales y tantas preocupaciones. Entonces dejé el regalo en un lado y me puse a hacer otras cosas. Las niñas volvieron al lugar en donde estaban antes que yo llegaran, sin reclamar nada.
Después de 5 minutos aproximadamente, una de mis hermanitas me dice: "¡Ve el regalo!" Y me doy cuenta que había olvidado eso. ¡Más encima no sabía dónde lo había dejado! (para colmo de males). Pese a todo, lo pude encontrar; y lo abrí...
Fue grandioso...
¿Saben por qué? Por el amor que sentí. Después recordé que muchas veces ellas me habían hecho cartas en donde dibujaban a nuestra familia o bien me dibujaban a mí y le pedían a algún grande que escribiera: "David, te quiero mucho". Pero esta vez fue incluso más emocionante.
Cuando abrí el regalo, vi que sobre un género que no sé su nombre (es muy suave y esponjoso), había cosido con hilo y género -de otro tipo-, un rostro con 2 ojos y una sonrisa muy grande!!. Además tenía un colgador para ponerlo en mi pieza... Entonces dije: ¿Qué paso aquí..?
Sin palabras...
¡Y pensar que ellas esperaban que yo abriera el regalo apenas llegué! ¡Vi que sus ojos brillaron cuando cerré la puerta luego de haber entrado a la casa!
No quiero que esto parezca un elogio a mi persona. Al contrario, me gustaría que muchos admiracen la manera en que un niño ama cuando les entregamos un poco de amor (quizás ínfimo). Es algo que agradecen con tanto cariño que es imposible describirlo. Simplemente inefable. Y me emociona tanto, hasta las lágrimas, el saber que Jesús quiere que entremos al reino de los cielos como un(a) niño(a). Pienso que todo eso es tan simple de entender, pero a la vez tan difícil de cumplir. Pero clamo a Dios y digo: ¡Gracias, porque así como aman estas niñas pequeñas tú me muestras como amas tú y cómo podemos llegar amarte! Con la gracia de Dios es posible llegar a amar así.
Es una manera tan sencilla, sin condenación. Ellas no se enojaron porque no abrí el regalo inmediatamente, al contrario, esperaban que yo lo abriera. En ese momento fue una alegría tan grande, que las abracé y les di muchos besos, sabiendo que aquello que me habían demostrado aquel día es mejor que anhelar un ministerio, o anhelar realizar sanidades de Dios. ¿Y saben por qué? Porque me mostraron un principio y una parte del carácter de Dios: "Que él nos ama mucho".
Ya no importan cuantos defectos tenga. No, no importa. Sólo importa que el Padre nos ama y tiene un regalo para nosotros apenas decidamos entrar a su casa. Tal como mis hermanitas, correrá a saludarnos y abrazarnos después de un día agotador.
Si quieren comentar algo, no comenten si soy buen o mal hermano. Ese no es el punto por hoy. Sólo díganme si aquellas niñas se merecen un gran reconocimiento por mostrarnos el amor del Padre. Son tan simples, pero unas maestras grandiosas. Ellas no me dijeron: "Mira, si lees la Biblia completamente serás salvo". No. Tan sólo fue: ¡Hola vid! Te tenemos un regalo.
PD: Tengo un nudo en la garganta después de escribir esto.