24 de septiembre de 2013

Parábola del tesoro perdido

"Además el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene y compra aquel campo" (Mateo 13:44).

Esta es quizás una de mis parábolas favoritas. Siento que ilustra tan bien la buena noticia de la salvación y de lo que significa el reino de Dios. Contenida en 1 solo versículo, para mí fue una gran revelación cuando lo comencé a estudiar.
Primero que todo hallamos a un tesoro escondido, luego aparece un hombre que halla un tesoro en un campo, lo esconde de nuevo, va con gozo y vende todo lo que tiene y compra el campo.

¿Qué cosas podemos desprender de lo que dice el texto? Primero que el tesoro fue encontrado casi por casualidad (es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla). No dice que estuvo buscándolo, o que cavando lo encontró. Más bien, fue un evento donde medió su esfuerzo. Por otra parte vemos que el hombre no era pudiente; por algo tuvo que vender todo lo que tenía para comprar el campo.

¿Qué produjo en el hombre el haber encontrado el tesoro? Gozo. Fue tanta la alegría que fue y vendió todo lo que tenía para comprar aquel campo.

¿Qué significaba vender todo lo que tenía? Dejar de lado todos los esfuerzos de - tal vez - toda una vida... Tal vez parece fácil desde afuera, pero imaginémonos siendo nosotros los que vendemos todo lo que tenemos. Sin embargo, el gozo era mayor a tal punto de no escatimar en gastos.

Me llama la atención que, al encontrar el tesoro, no se lo haya llevado sin dar aviso. Más bien lo escondió y fue a recaudar dinero suficiente para comprar el campo. El tesoro era tan valioso que ameritaba cambiar el rumbo de su vida y enfocarse en esto.

¿Qué luces del evangelio nos da este texto? Dice que el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido, es decir, algo de mucho valor, que un hombre encuentra y le genera gozo. Observen que el tesoro no llegó a él por sus esfuerzos. Esto revela la gracia de Dios y de cómo este tesoro no requiere ser encontrado por nuestras fuerzas, y llega a ser más valioso que nuestras posesiones materiales e inmateriales. Junto con eso nos invita a volcarnos con todas nuestras fuerzas a ese campo donde se encuentra el tesoro. Sólo allí seremos llenados de gozo, a tal grado de restar valor a todo aquello que hemos conseguido por nuestras propias fuerzas.

Cuando encontramos este tesoro, no basta con disfrutarlo y luego irnos a vivir nuestras vidas tal cual la vivíamos antes. Más bien implica tal cambio que el resto de las cosas que hemos conseguido en nuestras vidas, pierde su valor y se nos invita a "mudarnos" a este campo.

¡Qué grande es nuestro Dios!

4 de septiembre de 2013

Reinvención

Llevo tres años de ejercicio profesional y muchas son las cosas que pienso, muchas de las cuales han cambiado respecto del primer año... Luego de varios conflictos laborales en el hombro, me siento desgastado y con ganas de reinventarme en relación a la profesión que ejerzo. Este ha sido un año especialmente cansador, lleno de nuevas experiencias que me han hecho sacar carácter, dejar de estar callado para decir lo que pienso; parar en seco a personas que se sienten con el derecho de pasar sobre uno, etc.
Siento que las expectativas eran muy altas en relación a la realidad odontológica. Hay mucha gente mediocre que me ha hecho cuestionar mi trabajo y la pasión que coloco en él. Lo cierto es que necesito darme un descanso y dedicarme a otras cosas... tal vez sea esa la mejor reinvención: la de dejar de pensar que todo es el trabajo y el cumplimiento de metas del mismo.

Mi oración en este tiempo es que el Señor me atraiga nuevamente a Él. En medio de este cansancio que les menciono, me he alejado de él y de una relación profunda. A veces siento secas mis oraciones y frías mis intenciones de buscarle y de amarle por sobre todas las cosas. Ahora que lo pienso más detenidamente, creo que la mejor reinvención es la de dejar de ver el trabajo como el propósito de vida y tenerlo como un medio a través del cual Dios puede hacer brillar su luz.

"Señor... vuélveme a ti. Me siento frío y muchas veces mirando mis necesidades, mis problemas, mis aflicciones; y sin apreciar que tú estás en control de todo y que eres capaz de proveer de todo. Me rindo delante de ti y en ti. Sé que en ti y sólo en ti hallo descanso real y confianza. Tú eres esa identidad que muchas veces busco... tú eres la canción que busco cantar cada mañana... tú eres la verdadera razón de vivir. Te amo Padre... vuélveme hacia ti"

La cultura del balcón

Algunos gritaban por allá. Los de acá aplaudían y gritaban. "Llévense a la vieja loca", se escuchaba por ahí. Desde muchos balcone...