
Estoy sorprendido... Ese día vi niños levantando las manos. Primero eran 2, luego 3... y después 20!!! También vi adultos y luego algunas fotos que nos sacamos con ellos.
Alrededor de 30 jóvenes nos reunimos en torno al servicio ese día. Era un día de sembrar, de madurar y de ser asombrados. No puedo decir más... Desde la mañana de ese 23 de septiembre Dios había estado ahí, esperándonos... El lugar era pequeño, pero si había un buen flujo, todo iba a resultar. De pronto comencé a ver si todo estaba en orden. Nadie había llegado... Las salas estaban numeradas tal como lo habíamos previsto. Seguro que algo no resultaría ese día, pero estaba contento y asombrado con lo que había pasado los días anteriores. Las sillas estaban en su lugar; las mesas, tal como lo habíamos planificado. Pero faltaba Él...
Jeremías 1:4-10... ¿Qué resultados habrá tenido? Cuando terminamos el devocional de estos versículos, me hubiera gustado quedarme ahí adorando una hora más, y dando gracias por todo lo que Dios había restaurado en mi vida. Je! Recuerdo cuando me decía a mi mismo: "Tú nunca dirigirás algo". Y ahí estaba... Dando el devocional... En ese momento me sentí amado por Él, y eso cambia las cosas, y restaura lo que pasó.
Después llegó el pastor. Estaba contento porque iríamos a servir. Esa iglesia ya querían cerrarla porque habían muy pocas personas y no se podía autofinanciar. Pero de pronto una luz... una esperanza... oraciones respondidas... iglesias resucitadas.
Después llegó la Joy. Luego 15 personas más y así fueron llegando todos... Me pregunto si el devocional fue tan glorioso para ellos como lo fue para mí; y si se hubieran quedado conmigo adorando 1 hora más (o quizás todo el día) si hubiéramos podido.
Hubo charlas, atención, etc. Vi camillas, medicamentos, personas pasando, gente agradecida, otras personas, enojadas... De todo un poco. Una mujer golpeada por el marido, una señora tendida en cama por mucho tiempo, un niño autista, gente desorientada, sin recursos... Pero gente sencilla, agradecida... "Gracias doctor"...
Después llegó el rompecabezas y gente levantó la mano queriendo ser amigos de Dios. Oro para que Dios se les revele mucho más. Luego el pastor hablando frente a la gente, algunos jugando fútbol, después desarmando....
Eran las 19:30. El sol se estaba poniendo y la labor había acabado. Ojeras por montón, dolor muscular, desgano físico... Pero con una sonrisa esbozada. No había más... El sol se escondió, y con él todo lo que ese día habíamos entregado.
"Ahora me pregunto: ¿Dónde me llevarás? Es una pregunta que me para los pelos. Sólo puedo decir algo: TE CREO. Más que nunca te creo... Porque un día me amaste y me dijiste quien era para ti... Y tu gracia... tu gracia me hizo nuevo.
¿Dónde me llevarás? ¿Dónde quedó el que me acusaba? ¿Dónde quedó el que me maldecía? Parece que calló, parece que se escondió.
¿Dónde quedó la desconfianza? ¿Dónde quedaron las lágrimas? Parece que se desvaneciaron cuando me dijiste: "No digas más..."