Los amigos son como lámparas que alumbran el camino. Nos apoyan en tiempos de flaqueza y aparecen de la nada cuando les necesitamos. Un amigo es quien te confronta sin imponer sus formas, argumentos o carácter. El amigo verdadero se muestra abierto todo el tiempo y si ha cometido errores, los confiesa por amor a la relación...
En este tiempo he querido dedicar un espacio de este blog para que conversemos acerca de las relaciones interpersonales y de cómo ellas pueden ser la fuente a través de la cual Dios nos hable. Y no sólo eso, sino que Dios también puede usarnos para bendecir a otros por medio de nuestras vidas. Les invito a una nueva mirada de este tema, visto desde la lupa de la gracia, del amor y del perdón que sólo provienen de Dios. Desde la gracia, porque no podemos relacionarnos con otros sin una cuota grande de ella; de amor, porque es mucho mejor dar que recibir; y de perdón, porque las relaciones no son perfectas... muchas de ellas fallan, pero la grandeza está en perdonar y olvidar la ofensa.
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