Especialmente cuando nos sentimos tentados a desesperarnos, es bueno recordar que Dios es un Dios de paz, y no de descontrol. Él mismo nos reiteradas veces en la Biblia, a descansar en Él, a estar quietos, a mantener un espíritu quieto. Es la lucha diaria que todos debemos llevar cuando queremos tener un corazón apacible y de mansedumbre, es decir, un corazón que mantiene en control las emociones y sabe cómo canalizarlas. Esto no quiere decir en ninguna manera que uno no deba hablar las cosas que piensa o siente. Tener mansedumbre en ninguna manera significa no denunciar las injusticias o guardarse todo lo que uno piensa; por el contrario, se trata de decirlo pero sin perder los estribos. De esa manera nos evitamos muchos percances y malos ratos...
Les invito a reflexionar en este tema, y calmar un poco la ansiedad y la desesperación, y buscar el descanso que sólo proviene de Dios. Ya después de esta publicación, este blog dará un nuevo giro y explorará nuevos temas. Además les invito a acompañarme en esta oración:
"Señor, en esta hora quisiera aquietar mi corazón y descansar en ti. Tal vez quien esté leyendo esto, no lo está pasando bien o está ansioso o preocupado por una situación sin control... Te ruego que traigas un sentir de paz y de que tú sigues siendo el Dios que tiene todo bajo control y de cuya voluntad no se escapa nada. Nos hacemos débiles para ser fuertes en ti y para fortalecernos en tu mano de favor... Te amamos mucho, y te pedimos que formes en nosotros la mansedumbre y la templanza, de manera de tener el carácter del Espíritu Santo en nuestras vidas. Amén"