8 de marzo de 2012

Ayúdame a escucharte

"Señor... muchas veces nos presentamos delante de ti como si fueras una actividad en la agenda y no como alguien central en nuestras vidas. Hay veces en que el frenesí de la vida y el estrés de cumplir metas laborales o estudiantiles, nos lleva a perder el foco. Pese a eso tú no nos condenas; al contrario, estás a la puerta llamándonos una y otra vez. Contemplarte significa acallar todas las voces externas y las distracciones para observarte. Ese es tal vez el desafío más grande en la relación contigo: el hacer pausas, el guardar silencio delante de ti y el aprender a escuchar tu voz en medio de todo. Al final de cuentas, al observarte y contemplar tu hermosura, tú nos revelas que no hay nada más importante en la vida que tú... no son las riquezas... no es la fama... no es alcanzar un logro... Todo eso es nada si tú no estás como eje central.

Padre gracias por atraerme otra vez a ti. Cada cierto tiempo me doy cuenta que sigo el ritmo de la vida de manera automática... Muchas veces me doy cuenta que en medio de tanto estrés olvido a la gente que tiene necesidad... Hay gente que muchas veces he visto mal y no me he acercado y la indiferencia se hace más palpable que nunca... Perdóname por eso... Ayúdame a escuchar tu voz en medio de todo, de manera que al escucharla pueda ver dónde tú estás obrando... seguramente quieres sanar a un enfermo, consolar a alguien con tristeza o hablarle a alguien de ti y que te conozca. Tal vez es sólo dar pan al que lo necesita o abrazar a un desconocido. Para todo eso, entiendo que mi mayor necesidad eres tú..."

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