2 de agosto de 2008

Salgamos del engaño

Una cosa es esperar la felicidad y otra ser feliz. Una cosa es la esperanza y otra es el engaño. Al parecer por mucho tiempo no hemos podido salir de una mentalidad que me llama la atención.
¿Les ha pasado que esperan cosas para el futuro, se planifican, piensan que todo será hermoso, pero se dan cuenta al final que no han vivido nada de lo soñado? Pues bien, de eso quiero comentar hoy.
Hartas veces me he visto poniendo construyendo toda mi vida en base a cosas futuras. "Dios me dará esto", "Dios me dará esto otro", "Seré feliz con tal persona". Todo es pensando en el futuro. Estoy seguro que si estuviera frente a Dios, Él me diría: "¿Y qué sueñas hoy?". Al parecer nos encanta construir castillos en el aire, que al final se los lleva el viento.
"Cuando trabaje y tenga dinero podré cumplir todos mis sueños". "Cuando tenga un notebook mi vida será mucho más especial". Son pensamientos que nunca hablamos pero que sí están arraigados en nuestra mentalidad y que anulan nuestra felicidad. Al parecer los sueños futuros a veces anulan nuestra felicidad actual. El tiempo para ser feliz es el hoy! no mañana, no cuando te cases, no cuando obtengas tu trabajo deseado, no cuando te alcancen los pesos para comprar lo que deseas. Si no eres feliz hoy, sentirás la insatisfacción aunque lo tengas todo.

Otro engaño que nos rodea es pensar que sólo estamos para cosas grandes. Primero que todo, deberíamos definir qué es algo grande. Lo que para unos es grande para otros puede significar algo muy insignificante. Lo importante es no olvidar que todo - incluso las coss grandes - se construyen con detalles, con cosas pequeñas... con pequeños acontecimientos que van marcando nuestro destino. No pongas la confianza en las cosas grandes, porque si no pronto chocarás con la realidad. El secreto del éxito es trabajar duro.

2 comentarios:

JamesRock7 dijo...

Lo primero lo encuentro razón, mucha razón. Ser feliz hoy.
Lo segundo... no sé.
Para pensarlo más yo creo.

Saluos!!

David Menares dijo...

Por eso digo, James... depende a lo que tú llames grande.

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