"¿Cuál es tu nombre?". Fue una de las preguntas que se oyeron en una fría noche de Neltume. Todos los campamentistas en círculo, presentándonos en lo que iba a ser una noche evangelística. "Romina", contestó, presentándose al grupo. La persona que guiaba la actividad grupal le preguntó a la persona que estaba al lado de Romina: "¿Cuál es tu nombre?". Al instante se escuchó nuevamente a la misma persona diciendo: "Soy Romina". Y así... habrán sido unas 3 veces en total en que Romina se presentó al grupo. Yo, que estaba a varios asientos de distancia, moría de la risa, mientras la guía de la actividad, seguía seria como al principio.
Esta es quizás una de las imágenes que más tengo guardada en mi memoria. Esa noche fría en Neltume reí mucho. Y cómo no, si la sola presencia de la mujer de la que hablaré, marca diferencias en el lugar donde está.
Ella es una mujer que se presenta en silencio. Su pequeño movimiento de cabeza, un sentar lento y un comportamiento un tanto retraído, hacen parecer que es una persona tímida y muy callada. De hecho, la primera vez que pude compartir con ella, casi me trataba de "usted". Pero sólo cinco minutos de amena conversación son capaces de desatar toda la carga emocional que guarda ella. Sólo bastan cinco minutos para que la timidez se vaya y comiencen las risas a carcajadas. Sí... estás pensando bien. Me refiero a la misma mujer que se presentó 3 veces en Neltume: Romina Valeska Rosas Soto.
Jejejeje... probablemente hasta acá haya sido sólo risas y chistes en el escrito. Sin embargo, también creo que hay una parte importante de la Romy que - siento - pocos conocen, o solo los más cercanos. Me refiero a la calidad humana y su generosidad sin condiciones. Es quizás uno de los privilegios más grandes, conocer a alguien que pese a todo lo que ha vivido es capaz de perdonar y seguir adelante en su camino con alegría y fortaleza. Recuerdo en tantas ocasiones que su alegría me sacó de los problemas y las risas fueron la medicina que necesitaba en ocasiones. A veces también fue un oído de auxilio al cual recurría cuando estaba mal y una aliada incondicional con la que compartimos muchos momentos de amistad.
"Gracias Romy por tu amistad. Gracias por el don que Dios ha puesto en ti de tener fe. Tu ejemplo me ha enseñado en el silencio cuán importante es madurar y avanzar con gozo en la vida... Pese a todos los problemas que has pasado en estos últimos meses, sólo puedo decirte que el solo saldrá de nuevo. Nunca tires la esponja... y cuando des, hazlo con gozo sin esperar nada a cambio, tal cual lo has hecho hasta ahora. Como dije alguna vez... uno nunca pierde cuando das a otros. Gracias por invertir en mí... por esos cumpleaños que has organizado, por las juntas en que hemos podido sincerarnos... y por el privilegio de seguir llamándome tu amigo. Que Dios te bendiga mucho Romy... son los sinceros deseos del dueño de este blog"
David Menares