4 de mayo de 2009

Frente a ti

En frente de ti me encuentro... solo de nuevo. Con la inmensa fachada de tu gloria... con la inmensa presencia del que lo llena todo. Del que es admirable pero invisible. Delante tuyo me encuentro, observando todas mis debilidades, pero encontrando en ti el perdón. De tu trono fluye un río. Es un río de misericordia para todos los que deciden creer en tu Hijo. No hace acepción de personas, tampoco de edades ni de géneros. No corre de menara muy ordenada, sino que se derrama sobre todo aquel que te desea. Sobre todo aquel que desea a tu Hijo. Y allí me encuentro... como queriendo bañarme en el río de tu gracia y no salir más de ahí. Porque es allí donde soy entrenado, donde las palabras dejan de ser audibles y se convierten en hechos, en acciones que hablan de ti, que hablan de tu amor infinito... que hablan de tus fuertes hombros, de tus millares de caballos y carros. Son esas palabras que hablan de tu poder, de tu majestad y tus gentes de a caballo...

Y contigo estoy... rodeado de invitados a cenar. Ángeles, hombres, mujeres y niños que están a tu mesa, degustando el mismo espacio que yo. Es en esa presencia donde me doy cuenta que la mesa no es un largo rectángulo, sino que es un círculo cuyo centro eres tú... y gracias porque eres tú el centro... porque sé que puedo ser tu colaborador, pero nunca podré reemplazarte... y eso me hace débil a tus palabras, a aquello que sueñas conmigo... "No eres tú el que lo cumplirá... seré yo"... esas son tus palabras que resuenan tan fuerte mientras el viento roza mis mejillas y un par de lágrimas ruedan por ellas de manera libre... como dando gracias por todo lo débil que soy, pues eres más fuerte en mi corazón. Es allí, cuando escucho el palpitar de tu corazón, donde entiendo la razón de haber vivido... fue tu mano, tu deseo, tu amor perfecto y tus dedos, los que me formaron desde lo profundo... quieto y loco a la vez... Fue allí en el secreto donde formaste mis pies, mis manos y mi rostro... ¿Se parecerá al tuyo? Quizás... o quizás tengo algunos rasgos que emulan la suave textura de tu miel... oh Dios...

Anhelo más y más de ti. Sólo amarte más como dice la canción que más me gusta cantarte, aún cuando todo está mal o cuando todo parece difuso y sin solución. Sé que tengo un hogar en tu presencia... donde hay 2 sillones: uno para ti y otro para mí... donde puedo sentarme a charlar largas horas contigo en una conversación eterna que nace del corazón... donde puedo decir todo lo que quiera y des-ocultar mi corazón, des-ocultar aquello que anhelo de verdad, aquello que para los demás es un fanatismo o es un alharaco religioso, pero que para mi tiene todo el sentido. Es en esos sillones donde la inocencia del ambiente me permite encontrar tu voz tan sanadora como lo imaginé; y puedo cantar, decirte que te he compuesto una canción la noche anterior... canción que se trata de ti y de lo especial que eres para mí... A través de ella puedo arrancarte sonrisas y a la vez decirte que te amo desde lo más profundo, desde aquello que quizás nadie lo imagina y que hoy toma forma de palabras escritas en un blog. Aquí sigo esperando y no me he cansado de adorarte aunque las circunstancias hablen que no estás o que has dado la espalda a tu escogido.

Déjame adorarte en la intimidad... más y más... hasta que la eternidad quede corta y los siglos de los siglos no detengan el cántico nuevo... las canciones inventadas de una simple motivación, desde aquellas que sólo digan "te amo" hasta las que tengan largas estrofas de sincera composición.
Déjame hablar de ti a los que de verdad necesitan de ti. A aquellos que veo vagando tras un pedazo de pan y lamiendo el suelo por comida. Por aquellos que no teniendo nada, buscan desesperados un colchón que los acomode en invierno y una frazada que les conserve la vida una noche más. Por ellos, Dios, dispersa el río que nace de tu trono; dispersa el río que trae sanidad a las naciones, sanidad a los hombres, mujeres y niños. Por ellos quiero trabajar y dar mi vida... ¿cómo lo haré? no lo sé... solo quiero hacerlo... déjame cooperarte en la extensión de tu amor por las naciones... en la extensión de tu amor por aquellos que de verdad necesitan la semilla de mostaza.

1 comentario:

Fabiola dijo...

yo también quiero.

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