25 de enero de 2011

No más ajenos


Hay un tema que hace un tiempo inquieta mi mente y no quiero dejar de expresar. Especialmente porque creo que somos una generación que no puede ser otra más, que se enajena de los problemas de los demás y que vive la vida de manera insensible o pensando que son "los demás" los que tienen que arreglar el mundo. Hay un concepto llamado "alienación" que se vive profundamente en nuestros tiempos y se refiere a ese sentimiento de que no podemos hacer nada para cambiar nuestro alrededor o que todo esfuerzo realizado terminará en nada. Eso a veces se ha colado entre nuestros pensamientos, y por eso a veces nos quejamos diciendo a otros: "No inviertas en los demás", "no confíes en nadie", "mira por ti mismo". De una u otra manera hemos intentado comprobar en nuestra vida que todo eso parece cierto y no nos damos cuenta que poco a poco se nos va pegando una capa de egoísmo y autosuficiencia a la piel.

Tengo aún la imagen del sábado recién pasado, cuando estábamos en un grupo y llegó Daniel Bourdané (secretario general de la IFES) a nuestro lado a preguntarnos quién quería seguir trabajando en el grupo bíblico universitario (GBU) en los próximos años. Todos callaron y miraron a una persona. Una de las personas del grupo indicó tal persona como posible candidata a seguir trabajando en el GBU, pero la pregunta que hizo Daniel fue directa a esa persona que habló: ¿Y por qué no tú? Hubo silencio... luego nos dijo que Dios sólo necesitaba a gente fiel y que lo demás él lo hacía y proveía de recursos económicos. Esa es precisamente la pregunta que me ha rondado en la cabeza: ¿Y por qué siempre tienen que ser los demás los que tienen que hacer algo o tienen que moverse o pensar para poder tener una calidad de vida mejor? ¿Por qué siempre tiene que ser el del lado el candidato a pagar el precio por hablar de Jesús y no puedo ser yo? ¿por qué siempre el del lado está más capacitado que yo? (eso pensamos a veces)... ¿por qué no podemos orar a Dios pidiéndole que nos use a nosotros para impactar nuestra generación? Están los pesimistas que responden a esta pregunta con pesimistas comentarios de que estamos en los últimos tiempos o que hay mucha maldad. Están los cómodos que al primer sacrificio abandonan la misión aludiendo a que "no es su llamado". A los primeros les respondería que quizás podemos estar en los últimos tiempos, pero quiero que Dios me halle trabajando si es que viene y hablando de él hasta el último minuto. A los segundos, solamente les diría que si van a ser cómodos entonces que no sean cristianos...

En la Biblia hay un montón de ejemplos que nos hablan de personas comunes que respondieron al llamado. De la nada Dios pregunta: ¿A quién enviaremos? Y la respuesta emana de un hombre llamado Isaías. Después Dios escoge al joven Jeremías, a Ezequiel, etc. Uno también puede ser como ellos en el sentido de responder al llamado específico de Dios para un área de trabajo. Me encanta cuando en Hechos se describe al rey David como alguien que "sirvió a su generación"... Creo que quienes respondan al llamado de Dios, serán descritos así... y yo quiero ser uno de ellos... Somos personas comunes y corrientes, pero que servimos a un gran Dios, lleno de sueños imposibles para nosotros pero posibles para él. Por eso les motivo a no enajenarse de los problemas de otros. Háganse amigos de los que piden dinero en las calles. Conversen con los compañeros de trabajo. Conozcan con quienes comparten el día a día. No anden mirando con desconfianza a todo el mundo o amargándose porque otro se levantó con el pie izquierdo. Vivan el cristianismo con carácter, no como si tuvieran que esconderlo para que nadie se burle o lo menosprecie. Vivan a Cristo como una pasión y no como una emoción. Y cuando escuchen su llamado, no miren al del lado, sino que muestren un corazón dispuesto a servirle para que seamos una generación que sirve a los demás y no que simplemente envejeció trabajando o enfrascada en sus preocupaciones.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo almenos cuando estoy serviendo,lo disfrutas y te regocijas eso va unido con la fidelidad,porque sientes la pasíon por servir hacía los demás.

Te comparto esto que me gusto mucho:
Mateo 5:38-48,Si me preguntaras quién soy, te diría soy seguidor de Cristo.Sin embargo,debo admitir que, a veces, seguirlo es un verdadero desafío.Pero bueno.

Bendiciones,
Andrea M. :D!

JamesRock7 dijo...

Yo opino que ojalá podamos ser una generación que responde ante los desafíos que nos plantee Dios.

Sea Él que nos clarifique cuándo es el momento para hacer.

Saludos amigo :)

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