14 de junio de 2011

Dejando la pasividad




Un hombre es también un mundo que descubrir... Silenciosos tal vez, poco comunicativos en general y con unas ganas grandes de soñar, explorar y descubrir.
Hay algunas características que le son propias, como por ejemplo el hecho de querer marcar relevancia en donde estén. Un hombre no está conforme con establecerse en un lugar y organizarlo a su manera, sino que en sus genes está el deseo de extenderse, de ir por nuevos rumbos, de plantearse desafío y metas sin importar muchas veces el costo que eso traiga.
Tampoco un hombre dará a conocer sus áreas débiles a cualquiera. Y eso es quizás uno de los desafíos que toda mujer que anhela conocerle, deba soslayar. Porque en general el hombre tiende a callar sus miedos, a esconder los temores y a bajarle el perfil a los problemas. El dolor es un tema que requiere ser dejado atrás y no enfrentado muchas veces. Por eso pareciera ser que un hombre no sufre y es siempre fuerte. Pero las apariencias se las lleva el viento... En el fondo un hombre igual sufre, igual llora en silencio y oculta la debilidad sin contarle a nadie. Algunos se guardan eso por temor a ser expuestos, a que otros los desplacen del grupo, o por temor a ser tildados como "quienes no se la pueden".
Al hombre le cuesta estar solo. Necesita una comunidad donde sentirse apoyado y desarrollado. Necesita mirar por otros, abrigar autoridad sobre un grupo de personas tal vez o sentirse querido y respetado.
El hombre busca apasionarse por algo sino, todo ese sentido de relevancia cae y él mismo cae en la tristeza y el desgano. La más terrible sensación que puede sentir es la frustración, de saber que se esforzó mucho por algo (por un sueño, por una persona, por un proyecto) y no lo concretó o esa persona no lo valoró.
A veces el hombre piensa mucho las cosas y las lleva poco a la acción. Es lo que yo llamaría: pasividad masculina. De muchas veces saber lo que hay que hacer, pero quedar paralizados por no saber cómo llevarlo a cabo. Tal vez aquí la presencia de una persona que lo acompañe puede sacar de él lo mejor o lo peor. Y cuando digo "alguien que lo acompañe", me refiero a una pareja, un familiar o un amigo. El hombre la mayoría de las veces no reacciona con la crítica amarga, es decir, aquella crítica que lo ataca, que le dice lo imperfecto que es o lo que no sabe hacer bien. Por ahí alguien que sepa cómo hacerlo entender sin llegar a atacarlo, puede conseguir el mejor de los efectos. El hombre reacciona mejor cuando lo alhagan, cuando le dicen sus cosas buenas y no cuando los critican o les dicen todo el tiempo lo malo de ellos o le pasan recalcando sus defectos. La pasividad masculina puede surgir cuando no hay un ambiente favorable para que alcance sus sueños y su sentido de realización.

Por eso mi oración es que podamos ser hombres con los pantalones bien puestos. Es decir, hombres de palabras que, cuando decimos que vamos a hacer algo, lo hagamos en serio y sin dejar pasar mucho tiempo.

"Señor... el ser hombres también nos dota de una autoridad que tú nos has delegado. No es una autoridad para imponerse, sino para cuidar, avanzar, explorar, descubrir y entregar. No esa autoridad para pasar a llevar a los demás, sino para incluirlos. No es esa autoridad para pasar desapercibidos, sino para marcar un destino en la vida de los hijos y de los amigos. No es esa autoridad para dañar, sino para restaurar, construir y dar esperanza.
También te pido que nos hagas libres para desarrollarnos plenamente y para relacionarnos con otros, especialmente con aquellos que tenemos más cerca y que merecen que les abramos nuestro corazón y nuestros sueños, a pesar de que eso implique el ser tildados de débiles o faltos de carácter. En otras palabras, haznos más hombres para poder abrir camino en la incertidumbre y avanzar con valentía a pesar del miedo interno que podamos sentir... sin paralizarnos, sin callar, sin ser pasivos, sin dejar de explorar y soñar..."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lindo escrito,una como mujer,no termina nunca de conocer a un hombre, en como es su persona, hay hombres y hombres muy diferentes en todo tipo de caracteres.

Lo que mas me he dado cuenta que a muchos no les gusta estar solos, siempre buscan una compañia.

Bueno,Dios Bendiga a todos los hombres.

Paz!

Andrea M. :D

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