7 de septiembre de 2011

En su silencio



Mi mamá siempre ha sido callada. Podíamos pasar mucho tiempo juntos en silencio sin articular ni una sola palabra ni tampoco contarnos alguna historia. Ella se frustra rápido y cuando la atacan se defiende encerrándose en sí misma. La conozco bien... Conozco esos silencios y sé a través de sus ojos cuando ese silencio es por cansancio o por alguna situación desagradable que pasó.
Nunca ha sido entusiasta para las juntas familiares ni tampoco es dada a tomar iniciativas. Muchas veces eso me afecta y me hace entristecer porque quisiera verla más feliz y no con su cara de tristeza a veces... Ese encierro en sí misma me afecta en especial cuando tengo un nuevo plan o he comprado algo para la casa o para mí mismo, y noto desinterés o inexpresión... A veces uno espera que los papás se involucren en la vida de los hijos, no invadiendo la privacidad sino que mostrando que les importan las actividades y proyectos que tienen en mente.

La gente callada como ella, no tiene muchos amigos. Tal vez es triste decirlo, pero aquellas personas tímidas no son dadas a buscar amigos; más bien, esperan muchas veces que otros se acerquen y les "ayuden" a socializar. Quienes son más callados generalmente son organizados, metódicos y con una fuerza interna impresionante. Muchas veces la gente que es callada, ahuyenta a las personas, porque ellas interpretan ese silencio como un rechazo. Sin embargo, esas personas silenciosas buscan de igual manera que alguien las escuche, las entienda, no las rechace y las ame tal cual son...

Cuando pienso en este tema, a veces me bajoneo... Quienes han leído mi blog desde hace mucho tiempo saben las trancas familiares que han existido. La diferencia con las palabras de antaño es que antes tenían un tono de mucha queja y lamento, pero hoy, cada vez que me bajoneo por estas cosas o suceden problemas así, decido darle gracias a Dios por lo que él me ha dado. Y hoy lo hice así de nuevo, porque muchas veces las actitudes de quienes están a nuestro alrededor nos afectan, pero eso ahora me desafía a madurar y a no poner mi mirada en cómo tendrían que ser las persona según mi voluntad, sino rendir eso que nos afecta y que Dios haga los cambios que Él estime conveniente. En realidad, cuando uno da gracias a Dios en vez de quejarse, se abre una puerta para que él restaure nuestras vidas y llene nuestros vacíos. Es realmente una experiencia liberadora.

"Querido Dios.. tú siempre has sido fiel. Yo te amo. Con todo mi ser y con toda mis fuerzas. Te hablo en la micro, en el metro o en la calle, y sé que ahí estás para escucharme. Muchas veces he sentido el vacío de mis padres... y sin embargo, te agradezco porque todo lo que ha sucedido ha sido para tu gloria. Como cuando me hiciste entender que no se trataba de lo que yo quisiera, sino de ti. O como esa vez que te rendí mi felicidad, pensando que la vida traería muchas más y pesadas cargas. Y sin embargo, alivianaste mi carga y me llevaste a una tierra espaciosa, como hoy la siento. Tú eres quien llena mis vacíos y sacias mi necesidad. Llévame a tal actitud de humildad que ya no exija a los demás que sean como yo quiera, sino que me rinda a tu voluntad. Pero también te pido que sigas trabajando en mi familia... en mi mamá especialmente, levantando su ánimo, apasionándola por la vida y dándole nuevos colores a ese cuadro que a veces se torna de gris... Llevándola a restaurar completamente quien es, como se lo prometiste hace ya tanto tiempo... Te agradezco por ella y te pido que me uses en traer alegría a su vida y pasión por ti y por las personas.
Te amo Padre... gracias por escucharme de nuevo y decirme que tú estás en control :) "



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