19 de octubre de 2011

Una pasión que no pasa de moda


Ella no es tímida; al contrario, las historias que trae consigo, son narraciones llenas de detalles y emoción. Una misma historia tal vez puede ser contada con mucho detalle y varias veces. Me gusta escucharla y conocerla más. A pesar de que he crecido, aún me gusta que me mire como un niño y que cuando llegue me apriete la mejilla y me llame "Davicito". Su incondicionalidad es una de las cualidades que más llaman mi atención.

Mi abuelita es como una niña. Puede entusiasmarse rápidamente y es dócil. Pocas veces se enoja y posee un corazón sensible. Le gusta reírse y compartir con la familia. Es muy apasionada y aunque tiene 81 años, sigue enérgica y sale de la casa a caminar como si tuviera 20 años. Aún en sus vejez, sus huesos permanecen fuertes y vigorosos. Desde que tengo uso de razón, ella existe en mi vida... La recuerdo en las muchas navidades donde me hizo pequeño regalos que muchas veces guardé por años. También recuerdo los años nuevos donde me abrazaba y todo lo que me decía me hacía llorar de emoción... O cuando me decía: "Davicito, le tengo un cariñito"... y de sus manos morenas aparecía un billete de mil pesos. Mis ojos de niño de 8 años siempre se abría cuando veía eso. En ese momento no sabía el sacrificio que significaba para ella darme dinero. Yo sólo lo recibía contento sin preguntar de dónde lo sacaba. A medida que fui creciendo, me di cuenta que de su esfuerzo ella me regalaba esos mil pesos. A veces incluso era más... Y a pesar de que después le fui diciendo que no tenía que darme, ella igual seguía haciéndolo, amenazándome que si no se lo recibía, "se iba a sentir conmigo".

Mi abuelita ama al Señor con todo su corazón. Nunca he conocido alguien que ore más que ella. Donde sea, se pone a orar y su oración es poderosa. No por nada el Señor la usa para sanar a las personas por las cuales ora; porque permite que el Espíritu Santo la use sin reservas ni cuestionamientos. Donde va ella predica. Sean personas conocidas o no. Algunos la toman en cuenta, otros se burlan, otros la miran con respeto y otros captan el mensaje y lo aceptan. ¡Cuántas veces la vi caminando hacia la Plaza de Maipú cargando su Biblia. Se ponía a predicar en la calle como quien habla con micrófono en el escenario. Sí, ella ama al Señor y ha decidido rendir su vida a Él. Es un ejemplo muy grande el que me da ella cada vez que la veo o hablo con ella.

El último año nuevo fui a su casa a saludarla a eso de las 2 am. Y a pesar que estaba muy cansado, me dio la impresión de haber ido a un año de nuevo de los de antaño. La abracé y le deseé lo mejor para este 2011. Ella también me abrazó por harto rato y conversamos mientras yo estaba acostado... Me hace sentir como un niño y extrañamente me gusta. Sé que ella me quiere y yo la quiero mucho a ella. Cuando pienso en que debemos encender nuestra pasión por Dios, ella se me viene a la mente de inmediato. Creo que será bueno seguir su ejemplo =)

1 comentario:

Paulina Gacitúa dijo...

Ella es una hermosa mujer y un gran ejemplo de vida dedicada al Señor. Me encanta escucharla, porque cuando lo hago, imagino en mi mente sus historias.
Ella es tan amable y correcta, que uno quisiera que todo el mundo fuera como ella.

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