7 de febrero de 2012

La relación más importante

En el transcurso de nuestras vidas conocemos a muchas personas que nos influyen de diferentes maneras. Hay quienes han llegado a ser personas muy importantes en nuestras vidas, como son los amigos y la familia... Muchos de ellos nos han acompañado en la mayor parte de nuestras vids, y valoramos en ellos la constancia y la preocupación que han puesto en mantener la amistad o el vínculo. De algunas relaciones tal vez hemos salido dañados, pero lo importante de eso es perdonar y dejar atrás el pasado lo antes posible.

Sin embargo, hay una relación que para mí es la más importante. Es la relación con Dios. No es algo abstracto. No es una relación que se activa los domingos o los días en que hay reunión en la iglesia. No es una relación que dependa de nuestra voluntad. Es Dios quien ha decidido relacionarse con nosotros y nos busca permanentemente. Para entender esto, debemos primero entender que Dios es una persona, no una religión. Él habla, siente, se emociona, escucha y nos mira. Cuando fallamos, le estamos fallando a una persona; y cuando suplicamos perdón, no suplicamos a estatuas o imágenes, sino a una persona que no podemos ver, pero que es real.

En estos años de vida, tal vez podría destacar una de las virtudes que tiene Dios entre las muchas que existen: su capacidad de perdonar. Nosotros que somos buenos para juzgar al resto y ponernos a criticar todo como si nosotros fuéramos perfectos, deberíamos aprender de su ejemplo de perdón. Si somos humildes, él nos perdona con su gracia, y nos brinda nuevas oportunidades. Pero para acercarse a Él no necesitamos el título de pastor o cualquier otro cargo, sino más bien un corazón honesto. No se requieren palabras elaboradas, sino más bien un corazón sincero... Es esa la actitud que toca el corazón del Padre... No se necesitan cosas externas, porque él sabe cómo somos, y sabe que somos débiles.

En Dios podemos encontrar restauración de aquellas relaciones que nos han dañado: sea la relación de un padre, de una madre, de un pololo(a), esposo(a), etc. Dios es capaz de sanar y restaurar aquellas relaciones que nos han dañado y nos han llenado de temor. En nuestra próxima publicación, trataré el tema de las relaciones rotas y de cómo el Señor es capaz de cambiar nuestro corazón y nuestra actitud frente a la vida, aunque las circunstancias no cambien...

No hay comentarios.:

La cultura del balcón

Algunos gritaban por allá. Los de acá aplaudían y gritaban. "Llévense a la vieja loca", se escuchaba por ahí. Desde muchos balcone...