1 de agosto de 2015

Mi escondite, mi escudo, mi esperanza

Hoy leí lo siguiente:

"Tú eres mi escondite y mi escudo; en tu palabra he puesto mi esperanza" (Salmo 119:114)

Entonces me digo a mí mismo:

- ¿Por qué te afanas?
- ¿Por qué no piensas en dejar de sentirte presionado por el trabajo, los estudios o la presión social?
- ¿Por qué no descansas en que hagas lo que hagas, Dios estará contigo?
- ¿Por qué no pruebas confiar más que lamentar por qué una cosa no resultó?
- ¿Por qué no agradeces más y te quejas menos?
- ¿Por qué sigues poniendo tu esperanza en el dinero o en el trabajo?
- ¿Ha fallado el Señor a alguna de sus promesas?
- ¿Él es tu escondite actualmente? ¿Es tu escudo? ¿Es tu esperanza?




No hay comentarios.:

La cultura del balcón

Algunos gritaban por allá. Los de acá aplaudían y gritaban. "Llévense a la vieja loca", se escuchaba por ahí. Desde muchos balcone...