31 de diciembre de 2009

Un ciclo que se cierra... uno que se abre


Sentado en la escalera de entrada de la universidad, oré a Dios pidiéndole que estuviera presente en los 6 años de carrera. La primera parte del sueño de mi niñez se estaba cumpliendo en esos primeros días de enero del 2005, cuando acompañado de mi madre, me estaba matriculando en la Universidad de Chile en Odontología. Venían recuerdos a mi mente de esos días en que tenía que subir el alto edificio ubicado cerca del metro Los Leones para ser atendido por el dentista. Tenía 5 años y me empezó a gustar el ruido de las turbinas, los materiales que usaba el dentista y el hecho que se acordara siempre de mi nombre cuando lo iba a visitar. Era amable y tenía una memoria que todos admirábamos.


Hoy me encuentro aquí... egresando de la carrera que tanto había anhelado. Las preocupaciones se han vuelto convicciones en este momento y las dudas sobre lo que haré, cada vez tomar forma a pesar de la incertidumbre. Una de las grandes preocupaciones siempre fue cómo costear esta carrera tan cara... Creo que todos en la familia, en especial mis papás se preocuparon. No es fácil gastar 3 millones anuales, más 1 millón cada año por materiales, sin contar el dinero de fotocopias, transporte, etc. Pero Dios fue fiel. Recuerdo bien un día en que una mujer oró por mí y me dijo de parte de Dios: "Yo te proveeré tu carrera. Y te pondré en puestos de honra para que des testimonio de mí". Ese día me quedó grabado... Y Dios ha sido fiel. Lo he visto en las becas de materiales, en la beca Bicentenario, las becas de alimentos que se renuevan cada año, las becas de emergencia para más materiales y los $3000 de arancel que tenía que pagar de arancel por una gran cobertura del crédito universitario.


Entre impresiones de alginato y silicona, siguiendo con resinas y amalgamas, continuando con incrustaciones y coronas me divertía. A veces con frustraciones, con fracasos, pero también con éxitos y aciertos; rechazos de pacientes, pero también pacientes agradecidos con regalos al final de cada tratamiento. Puedo decir que mi vocación está en esto... Y quiero dar todo el reconocimiento a Dios por todo esto y gracias a mis papás por el esfuerzo y trabajo constante.


"Fue un año difícil... con buenos planes concretados, pero otros no. Hubo tristezas y también alegrías que marcaron mi carácter durante el 2009. No encuentro palabras para describir mucho este año... quizás por eso los escritos han sido más cortos y menor la inspiración en la escritura. Sin embargo, quiero darte las gracias porque siempre fuiste fiel, a pesar de mis errores constantes. Quiero darte gracias porque en los momentos difíciles me levantaste y en los momentos de alegría me animaste. Gracias por lo bueno y también por lo malo, porque creo que mi carácter fue formado por ti. Este 2010 será seguramente un año lleno de nuevos comienzos, nuevos proyectos, nuevas decisiones y nuevos rumbos que seguir. Te rindo mi vida... igual como lo hice hace un par de años... rindo mi carácter, mi orgullo, mis propios intereses, aún mis sueños más profundos, para que hagas tu voluntad... Y aunque haya sufrimiento o haya prosperidad, quiero seguir y perserguir el propósito por el cual tú me has llamado. Amén"


Que este 2010 sea un año lleno de prosperidad para todos

4 comentarios:

JamesRock7 dijo...

Que bkn!
Ahora se viene un año aún mejor!!

Ánimo pa ti y sigue adelante!!

Un abrazo pa ti!!

:D

Anónimo dijo...

mmm esta publicación merece una llamadita :D, te llamaré prontito amigo,es que reicén llegué de la playita jajaja

un abrazooo y estoy muy orgullosa dre ti amigo!eres admirable!SÉ QUE LLEGARÁS A LUGARES INIMAGINABLES QUE SOLO PAPA HA RESERVAD PARA TI!, SU HIJO BELLO!

cariños...
Joycita

pd:hemos hablado de milllllllllll temas y jamás me habias contado cómo descubristes tu vocación...dato importante para su amiga Orientadora jajaja

Gustavo dijo...

Felicitaciones doctor.
Ahora viene lo bueno :D

Guille dijo...

Amén!!!!!

:D

PD: respondí en mi blog =)

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