18 de julio de 2010

¿Hay algo difícil para Dios?


Una mujer de aspecto no muy agraciado. Cabellos canos, frente gacha y unos 2 chalecos de lana delgada erá parte de lo que llevaba a cuestas día a día. Casi arrastrando los pies, se acercó buscando al hombre que podía sanar a su hija enferma. La fiebre no la había dejado dormir en toda la noche y su madre, desvelada, había tocado la puerta de médicos sin encontrar respuestas. De pronto, los periódicos le avisaron de la inesperada visita del maestro. Ella calzó los primeros zapatos que encontró y, dejando sola a la niña en casa, corrió a buscar al que todos llamaban rabí. Cuando lo encontró, ella recuerda haber balbuceado un par de palabras sin obtener respuesta. Hasta que se atrevió a hablar más fuerte y le dijo al hombre que quería que sanara a su hija. Como en una trampa, el maestro le condujo por un discusión que no duraría más de veinte segundos, hasta que ella le dijo: Claro... pero hasta los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de los hijos. Ella no sabía lo que dijo hasta que se detuvo a meditarlo. Algo había salido de ella que nunca en la vida hubiera esperado... Siempre de bajos ingresos y con todo lo que tenía decidió confiar en aquel extraño visitante. Y mientras esperaba un no rotundo como respuesta, vino aquella contestación que cambió su vida: Tu fe te ha salvado, tu hija queda sana de su enfermedad.

[...] Y usted lee el relato: "Y quedó sana desde aquella hora". Cuando la mujer volvió a la casa, encontró que su hija estaba de pie, tendiendo su cama y doblando su ropa. Su aspecto ya no era el de una moribunda ardiendo en fiebre, sino el sonriente caminar de una persona que ya está libre de una enfermedad. Había quedado sana; Dios la había sanado...

La entrevista que le hicieron posteriormente se tituló: "La milagrosa sanidad de la hija de la mujer sirofenicia". ¿Habrá algo difícil para Dios? El no rotundo de la mujer lo dice todo: sólo se necesita creer en Él, sin importar el origen, sexo, raza, edad, los errores, el pasado, el presente, el futuro, las preocupaciones, los quehaceres y la forma de ser.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que buena lección,
No hay ninguna cosa difícil para Dios,
sólo basta con Creer y Él nos bendecirá

Bendiciones,
Andrea M.

JamesRock7 dijo...

Entonces creamos que Dios nos puede ayudar en cualquier situación.

Salu2!!

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