Al final de cuentas,
nada tiene sentido si no estás.
Aún los éxitos y los grandes logros,
y los pequeños también.
Al final de cuentas me doy cuenta,
que todo es inestable... y...
que lo único estable eres tú.
De ti dependo... como del aire.
Todo lo que pienso y lo que imagino.
Pues nada tiene sentido,
si estás lejos de mis caminos.
De ti dependo... como el agua.
Todo lo que hago y lo que siento,
pues si tú no estás me quiebro
y todo se desordena.
Al final de cuentas,
lo único que me sostiene es tu gracia,
que me eleva, que no me exige nada,
pero a la vez me ama con todo,
y me devuelve el valor perdido.
Pues todo lo que sueño y lo que espero,
proviene de ti...
de nadie más que ti.
Al final me doy cuenta,
que soy nada sin ti...
que todo pierde su rumbo,
y que tu gracia me conduce,
donde yo no llego...
y donde todo... sí todo...
pierde mi control.
Pues soy tuyo y de nadie más...
en los brazos que me elevan
y me llevan en paz.
Dios se encargó de hacer todo de nuevo, con un nuevo comienzo. Les invito a celebrar conmigo los milagros increíbles que Él hace cuando le creemos!!
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