1 de marzo de 2009

La gracia de Dios (parte 1)

Cada vez que voy a casa de mi abuela siempre hay una sonrisa a la entrada de la puerta. Los abrazos son también parte del ritual de bienvenida e incluso, muchas veces, mis tíos y mi abuela se emocionan de vernos. En ese lugar es como si me sintiera en casa... puedo ir al baño o sacar un vaso de la repisa sin pedir permiso y con mucha confianza.

Mi abuela es como Dios. No importa si no la he ido a ver en 1 año... ella siempre me recibe con amor y se emociona de verme entrar. No importa si no la he llamado por teléfono para saber cómo está; ella siempre se preocupa por mí. No importa tanto si he cometido errores; para ella siempre seré su nieto querido. Son esas pequeñas cosas las que me hacen ver de manera palpable el trato que Dios tiene por mí.

La gracia de Dios es como mi abuela...

4 comentarios:

JamesRock7 dijo...

Waa.

No sé qué más decir...
que wena y extraña reflexión.

¿Cuánddo habrá junta??

Bye!!

Jaime.

Anónimo dijo...

siiiiiiiiiiiii cuando habrà junta??....los extrañoooooooo anhelo la gracia que el Señor me regala a travès de ustedes.


Joycita

tutolino dijo...

A mi me pasa lo mismo. Creo que en los momentos en que me he equivocado, Dios hace especial énfasis en su gracia y me lo demuestra a través de otras personitas que se me aparecen, que me llaman, me dicen lo que necesito escuchar o me ayudan con algo que necesito... Dios me habla a través de ellos y me demuestra que a pesar de mi, Él me ama...
Siempre encuentro puré en tú blog (es mi comida favorita...)

JamesRock7 dijo...

Jajajajja
puré de David

jajajajajaj

La cultura del balcón

Algunos gritaban por allá. Los de acá aplaudían y gritaban. "Llévense a la vieja loca", se escuchaba por ahí. Desde muchos balcone...