24 de abril de 2010

La necesidad de un padre


Los más duros lo niegan. Los más dispersos se dedican a llenarlo con actividades. Otros lo buscan en el trago, en los amigos y en las mujeres. Ellas se vuelven inseguras, sensibles, todo les afecta. Algunas pasan de un hombre a otro buscándolo esa figura en alguno de ellos. Nadie puede negar que la necesidad de un padre es importante en la vida de una persona. Quien haya vivido la experiencia de un padre ausente puede decir con toda autoridad que es una de las experiencias que más marcan, no tan sólo por la desilusión que ello conlleva, sino además por la consecuencia que eso tiene en el carácter y en el trato con los demás.


El duro proceso de hacerse hombre conlleva perdonar a la figura paterna imperfecta que tuvimos. Nadie puede madurar y seguir a la siguiente etapa si no perdona a su padre. Es por esto que todos nos sentimos ligados a volver a nuestro origen, a volver a casa... Quizás pueda ser difícil, pero tiene que llegar un día en donde dejemos de apuntar con el dedo a nuestro papá y darnos cuenta que nosotros también tenemos errores y que podríamos incurrir en esos mismo errores más adelante. Perdonar en este respecto significa volver a disfrutar y a conversar con el papá de nuevo. En otras circunstancias, quizás signifique olvidar todo lo malo y rescatar lo bueno sin poder volver a tener a esa persona frente a nuestros ojos. Y perdonar significa algo muchísimo más precioso: ser restaurado completamente. Es decir, dejar que todo vuelva a cero y enfrentar con pureza el proceso personal de madurar y hacerse hombre, aunque cueste lágrimas y cueste el mismo hecho de aceptar la cruda realidad que a veces se nos puede presentar.


Hay una canción pentecostal que recuerdo porque me gustó mucho lo que dice en su coro:


"Feliz, contigo yo me siento feliz

aunque pase muchas pruebas,

y aparezcan los problemas,

seguro estoy bajo sus brazos de amor"


Dios está dispuesto a restaurar ese lazo de amor perdido con papá. Él nos acepta tal cual somos y nos ama con un amor incondicional que no nos hará daño. Su amor no golpea, su amor no pasa a llevar... su amor no es rencoroso ni "sacador en cara". Su amor está feliz de que hayamos nacido... ¿Puede creerlo?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí lo creo...
:D
Bendiciones,
Andrea M.

tutolino dijo...

Ostey tetulmonto do ucaorde centige, David...
Le hublumes etre díu...
Wunshalores

JamesRock7 dijo...

Yo pienso...

cómo se relaciona el hecho de perdonar a nuestro padre terrenal, con dejarse amar por nuestro Padre Celestial...

mmm..

asunto complejo, que como dice Tuto, podemos hablar después mejor.

Un abrazo!!

Anónimo dijo...

ahora pete?? :p jajajja
me parece familiar esa canción :p

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