Porque ha habido muchos cambios desde que todo el gran problema matrimonial y familiar estalló. Las relaciones en ese tiempo se tensaron hasta tal punto que recuerdo no haberle dirigido la palabra a mi papá. La decepción y la angustia nos hacían fácilmente sus presas y era difícil perdonar. Los gritos y las noches de insomnio eran parte de la rutina que ya nos habían sometido las peleas agudas desde hacía 6 meses. Reinaba el caos y la sensación de que todo esto no tenía solución. Claramente no tenía muchas ganas de hacer cosas y me refugié en el estudio y en el silencio. En realidad todos nos volvimos aún más callados de lo que éramos. Mis dos hermanos mayores se casaron después y hoy ya tienen hijos. Tanto mi papá como mi mamá aquietaron sus ánimos y los pequeños se ven tranquilos, creciendo bien. Je... en realidad ya no son tan pequeños; han crecido y ya manifiestan opinión frente a la vida y se dan cuenta de todo.
Mis papás no se hablan. En las reuniones sociales tiendo a disimular que me siento incómodo por su relación... o mejor dicho, por su no-relación. Hace mucho que no hacemos una gran reunión familiar donde estemos todos aquí en la casa... casi siempre hay que buscar otros lugares o instancias. Es extraño relacionarse con tus papás por separado, haciendo el ejercicio mental que cada cual puede rehacer sus vidas como quiere. Es extraño ver a tu papá cuando retira a las niñas una vez por semana para que las tenga una tarde y luego las vaya a dejar... También es difícil asumir el hecho que ambos por separado te exijan responsabilidades en la casa a veces...
Ustedes podría pensar que mi vida es triste. Y no. También podrían pensar que a veces me siento solo o me deprimo. Y no. Podrían creer que ya no hay nuevos sueños. Y no. Mi vida sonríe en este tiempo... El Señor, a punta de mucho porfiar conmigo, me ha enseñado a agradecer por todo, incluso por lo malo. Ese agradecimiento me ha permitido poner la atención en lo que Dios ha hecho: que las cosas están más tranquilas, que los niños están bien, que mis hermanos se casaron y tienen sus propias familias, que ya soy tío, que me ha dado un buen trabajo y que tengo una princesa a mi lado.
Dios ha sido tan bueno, que todo eso que pasó, ya me ayudó a perdonar todo y a tener relaciones sanas con mi familia. A causa de eso, me encontré con él de nuevo y mi vida respira otro aire ahora y ya no depende del color de las circunstancia, sino de la seguridad de que Dios me ama, está conmigo y tiene un plan perfecto para mi vida. A causa de eso, pude inspirarme tantas veces y componerle canciones que él solamente escucho y escucha... A causa de eso hoy dependo completamente de Él y camino con la seguridad de que él es capaz de cambiar cualquier circunstancia alrededor, por más difícil que parezca.
3 comentarios:
No era el fin,lo bueno que Dios a su tiempo cumple sus promesas sobre los suyos,Él conoce y sabe perfectamente hasta donde podemos llegar y aguantar una crisis,un dolor,una angustia,lo dificil de llegar a perdonar,pero es hermoso perdonar porque es un proceso que se aprende a vivirlo a concho.
Dios restaura a su tiempo y lo hace de manera extraordinaria, que bien por ti que de a poco se van cumpliendo todos tus sueños y Dios te ha ido respondiendo todo lo que siempre has querido.
lo bueno que no solo, sino bien acompañado con tu princesa.
Dios les bendiga mucha y les siga bendiciendo.
Andrea M.
Hace un tiempo atrás, hice un compromiso: dejaría de vivir una vida donde me quejara por todo.
Creo que ahora estoy mucho mejor, más feliz y agradecido. Y eso que las circuntancias (casi) no han cambiado mucho.
Que bueno que ahora tu vida se ha llenado de color.
Espero ver cómo sigue... :)
Abrazos,
Jaime.
Esta preciosa tu foto familiar y me alegra mucho verte tan feliz... bendiciones querido amigo =)
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