31 de enero de 2008

El nudo de lo que Dios espera de mí


Hay algo que he aprendido toda mi vida. Es un discurso que resonó en mis oídos cada domingo: “debes orar”, “entra en el secreto, cierra la puerta y dedica un tiempo a Dios”, “debes ayunar”, “debes ir a la iglesia porque allí está el poder de Dios”. Estoy de acuerdo con todo eso, no digo lo contrario. Pero sí hay algo que nosotros mismos hemos enredado y hemos confundido algunos conceptos que deseo aclarar.

En un momento de mi vida recuerdo que sentía culpa si llegaba cinco minutos tarde a orar en el tiempo que había dispuesto para eso. Obviamente si me pasaba de la hora orando, mi conciencia salía más que tranquila. Hoy me da un poco de risa que haya pensado todo aquello. Y es que confundí el orden de las cosas, entre el necesitar de Dios y el vivir como si le debiese algo. Como si con mis fuerzas le fuera a ser más agradable y fuera a estar más cerca de Él. Pero fui confrontado, y en medio de toda la tribulación fue Dios quien me atrajo.

¿Has confundido el deber con la dependencia de Dios? Claro... tu papá que es cristiano comenta en cada reunión que hay que orar y no ver televisión cuando deberías estar en "las cosas de Dios". Obviamente tu pastor te dice que si oras, después podrás ver los frutos de eso. Estoy cansado de que se predique las cosas con el orden invertido. Dios me reveló que a través de Jesús ya soy agradable ante sus ojos. Dos horas más de oración no me harán más “espiritual” o me hará mucho más aceptable ante Él. Cuando entendemos que ya le somos agradables por el simple hecho de ser sus hijos, entonces es Su amor que nos impulsa a orar y a buscarle con pasión.

¿Acaso Dios espera que ores y ayunes y cumplas con todo? Los fariseos lo hacían... los fariseos escondidos en las iglesias también lo hacen y muchas veces inducen culpa entre las personas. El Espíritu Santo es el Espíritu de gracia que nos ayuda. Antes de buscar a Dios, pídale que lo primero sea amarle con todo el corazón... Sólo así cobró sentido el hecho que me pasara la hora tocando la guitarra con Dios... allí, en la intimidad del amor de Dios comprendí que las notas que tocaban mis dedos eran una canción para Sus oídos. ¿Te cuesta orar? ¿te cuesta ayunar y sientes culpa? La solución no será más culpa ni más horas de oración o ir a la iglesia para sanar la conciencia herida, sino más bien vivir dependiendo de Dios.

Hablemos de nudos..?

No hay comentarios.:

La cultura del balcón

Algunos gritaban por allá. Los de acá aplaudían y gritaban. "Llévense a la vieja loca", se escuchaba por ahí. Desde muchos balcone...