Dios se encargó de hacer todo de nuevo, con un nuevo comienzo. Les invito a celebrar conmigo los milagros increíbles que Él hace cuando le creemos!!
31 de diciembre de 2012
El Señor está con nosotros; no temeremos :)
11 de diciembre de 2012
Aquí estoy de nuevo [...]
Aquí me tienen de nuevo, escribiendo a Aquel a quien pertenezco y pertenecen mis sueños y más profundos sentimientos. Aquí me tienen en medio de uno de los tiempos más felices de mi vida... Echando una mirada al pasado, no creo poder estar viviendo un tiempo de más gozo que este... y no porque los problemas hayan acabado o el cansancio no tocara mi puerta, sino porque el Señor me ha cambiado, me ha tratado y moldeado, y me ha llevado a agradecer por todo aquello que me ha dado. Agradecimiento es una invitación que Dios nos hace a ver lo que sí somos o tenemos y no poner el foco en lo que no somos o no tenemos.
Cuando era niño crecí con muchos complejos personales y con muchos temores. No me sentía nunca bien conmigo mismo y me exigía mucho, a tal punto de criticarme todo el tiempo, aunque hiciera un buen trabajo. Mi relación padre-hijo también afectó mi forma de ser en aquella infancia que me hizo madurar anticipadamente a punta de castigos muchas veces excesivos, palabras hirientes o retos infundados... Mi mente de niño no comprendía y, en la mayoría de los casos, me hacía aislarme en mi habitación. Ese lugar presenció mis lágrimas y confesiones más grandes; y a la vez, mis mayores clamores hacia aquel Dios que conocía de manera incipiente. Crecí entre crisis matrimoniales y lágrimas de mi mamá... Eran cosas que no entendía, pero a medida que cumplía los 10, 11 y 12 se fueron aclarando. Desde que tuve conciencia, oré a Dios con desesperación para que restaurara a mi familia y, en medio de eso, me restaurara a mí.
Y aquí estoy de nuevo... escribiendo sobre líneas de una vida que no ha sido fácil, pero en donde la luz de Jesús ha brillado de manera más fuerte. Brilló en medio de la escasez, demostrando que era fiel en proveernos de todo, a pesar de que éramos ocho en una misma casa. Brilló en medio de la división familiar, revelándose a sí mismo como un Padre perfecto para mí. Brilló en medio de la violencia intrafamiliar, mostrándose a sí mismo como un refugio en la tormenta. Brilló en mi vida, cada vez que me habló y me dijo que no temiera y que Él estaba conmigo, que no me iba a desamparar, que llegarían días en donde saltaría de alegría. Brilló cuando me dijo que me amaba y me arrancó la depresión; brilló cuando me habló como Padre amoroso y no castigador; brilló cada vez que su respuesta a mis oraciones era: "no temas"...Brilló cada vez que oraba en mi habitación, cuando me encontraba con Él, en el dulce susurro de su voz, que me hablaba en medio del sufrimiento. Cuando recuerdo todo eso, las lágrimas afloran otra vez... como si nuevamente anhelara su presencia como la anhelaba en aquellos momentos, y como si deseara su palabra sobre cualquier otra cosa en el mundo, como un recién nacido desea la leche materna.
Mientras escribo se me acaban las palabras... El Señor me ama, me busca, me ha restaurado y me llama a soñar con valor y enfrentando aquellos temores al rechazo y al fracaso. Los problemas no han acabado... De hecho, reaparacen cada cierto tiempo como pequeñas crisis, réplicas del terremoto familiar vivido en antaño. Cada cierto tiempo suceden hechos que decepcionan de la propia familia y que parecieran que nuevamente me llevan a la introspección. Sin embargo, el poder de Dios ha sido más fuerte y sé que lo que estoy viviendo en este tiempo, fue lo que el Señor sembró en mi vida cuando había dolor, escasez y soledad.
"Señor, te deseo como un niño recién nacido... Gritando estoy de desesperación por esa leche no adulterada que proviene de ti. Te anhelo de manera tan profunda que las palabras no son capaces de describir lo que siento en este momento. Te anhelo porque nada en este mundo puede llenar mi corazón como lo haces tú. Podría enumerar los logros y sueños cumplidos, pero eso es nada en comparación con el simple hecho de tu palabra revelada, de tu amor manifestado y de una intimidad junto a ti.
Gracias Padre... Tú sí que sabes hablar palabras de afirmación y no de rechazo. Tú que amas más profundamente de lo que imaginamos y cuya voz es capaz de restaurarlo todo... Haz resplandecer tu rostro sobre quienes leen este blog... Haz que aquellos que han abandonado sus sueños, puedan volver a retomarlos. Haz que aquellos que viven decepcionados, puedan ver lo mucho que les has dado. Haz que aquellos que se han cansado de esperar, puedan descansar en ti, y esperar en el mejor de todos los lugares: tu presencia. Haz que aquellos que leen esto y se emocionan como yo, te busquen con pasión y que digan igual que el salmista: y fuera de ti nada deseo en la tierra. Amén" .
:)
25 de noviembre de 2012
Soñando el porvenir
5 de noviembre de 2012
No desechemos las crisis
Saludos!!
18 de octubre de 2012
Un tiempo difícil
Este no ha sido un tiempo fácil... En realidad ha sido de mucho desgaste físico y anímico. A momentos siento que no puedo más y que me vendrá un momento de mayor colapso. Nunca había sentido un estrés tan grande como el que siento en este momento. Mientras tanto, surgen problemas laborales y de familia... esos que uno espera que no surjan cuando uno está agotado. La falta de vacaciones me ha pasado mucho la cuenta y me siento desgastado físicamente... Sólo espero que pronto llegue enero o febrero, para poder tomarme un descanso mayor que el fin de semana que se pasa tan rápido.
Todo esto me ha hecho estar desganado en todas aquellas cosas en que antes mostraba interés... Creo que a pesar de todo, necesito despejarme y salir de la rutina que me tiene hastiado y lleno de preocupaciones. Se me pueden ocurrir muchos versículos que pueden relacionarse con lo que estoy viviendo, sin embargo, necesito encontrar al Dios de esos versículos en este momento... y disfrutar la vida a pesar de los tiempos difíciles.
"Señor te entrego todas aquellas preocupaciones que me hacen quitar la vista de ti... No ha sido fácil; el desgaste del año pasa la cuenta en tiempos como estos. A pesar de todo te agradezco por mi familia y el trabajo... reconozco que tú has provisto de todo eso y que es por tu gracia y misericordia. Hoy me acerco a ti, pidiendo que renueves mis fuerzas y tu Espíritu me infunda aliento..."
10 de octubre de 2012
Uno de mis grandes sueños
19 de septiembre de 2012
El amor que todo lo suple
10 de septiembre de 2012
Llévanos de vuelta a ti...
15 de agosto de 2012
Sin recetas, pero con contenidos
Tal como lo dije en la publicación anterior, existen dos tipos de situaciones en las que nos podemos enfocar cuando tratamos el tema de las relaciones sentimentales: la de aquellos que esperan por primera vez, y la de aquellos que ya han tenido relaciones sentimentales anteriores.
Cuando se espera por primera vez, la mentalidad es quizás más ingenua y tendiente a idealizar las cosas, en comparación con personas que están esperando por segunda, tercera o ene veces. La inseguridad muchas veces nos puede tender una trampa al pensar que debemos esperar a la persona ideal. Claro está que en nuestra mente pensamos que no estamos buscando a nadie ideal, pero nuestra forma de actuar frente al tema, muchas veces temerosos, nos hace ver que tratamos de buscar a alguien ideal. O a veces tratamos de que llegue la persona que nosotros queremos que llegue, con las cualidades que a nosotros nos satisfagan. En cualquiera de los dos casos, la forma de pensar es la incorrecta, porque ambas muestran nuestro egoísmo y egocentrismo. Al tratar este tema, nos han dicho tanto que debemos tener cuidado con quien estemos, que nos hemos pasado al otro extremo, es decir, al de los que no se arriegan a cruzar el río. A veces nos gusta alguien, creemos que la persona comparte muchos gustos en común, pero esperamos señales divinas o que Dios mismo se nos aparezca diciéndonos que "esa" es la persona idónea.
No hay recetas, pero sí contenidos. Hay personas que han orado pidiendo una revelación a Dios acerca de quién es la persona idónea para ellos. Y efectivamente, Dios les ha respondido de maneras sorprendentes; tanto que nos gustaría que Dios fuera así de evidente con nosotros. Sin embargo, no todas las realidades son iguales. El trato de Dios es con cada uno y Él no repite fórmulas, sino que es creativo para hacernos crecer y madurar como Él quiere. Por esta razón es que no nos angustiemos si Dios no envía señales del cielo cuando oramos en esta dirección. Cuando anhelamos que Dios nos envíe señales asombrosas, nos arriesgamos a la frustración, porque tal vez Él no responda de esa manera. Nos arriesgamos a que no suceda, porque tal vez quiera darnos otro trato.
Si no hay una señal asombrosa cuando oramos por alguien (como una señal de la naturaleza, un sueño, etc.), eso no significa que seamos menos espirituales. Conozco a muchos matrimonios que no han tenido ninguna confirmación de su relación, y sin embargo, siguen juntos, bendicen a otros y se complementan muy bien. Así como a otros que se han casado con señales y prodigios, pero que han terminado separados. Es ahí cuando uno se pregunta: ¿Cuál es la manera correcta de orar y actuar? Les soy honesto en decir que estuve años preguntándole al Señor por esto, porque muchas veces recibí como enseñanza que Dios tenía que dar una confirmación sobrenatural para comenzar una relación. Con el tiempo, Dios me fue mostrando que no se trata tanto de evidencias externas, como la evidencia que Él mismo puede dar en nuestros corazones y en el trato personal que tiene con cada cual. De manera concreta, si alguien nos gusta, es bueno conocer a la persona. La fórmula no es orar y pedir confirmaciones, sino más bien pedirle al Señor que a uno le muestre el corazón de esa persona, de manera de saber si lo ama a Él, su relación con sus padres, la relación con sus amigos, etc. Arriesgarse a conocer no es malo, y Dios no lo condena. Lo que sí es importante es dejar de ser cobardes y pecar de inseguros al no querer cometer errores. Este no es un camino donde no cometeremos errores... de hecho, cometemos muchos errores; lo importante es aprender y confiar en el Señor en cada paso que demos.
5 de agosto de 2012
En compás de espera
30 de julio de 2012
Saber esperar
Les invito a quedarse en estas líneas, y viajar conmigo en esta hermosa aventura de saber esperar en Dios a la persona indicada; saber esperar en Dios el inicio de un proyecto; saber esperar en Dios cuando estamos desesperados por encontrar soluciones al dolor que nos rodea. Al terminar esta fase, deseo de todo corazón que juntos alabemos a Dios porque nunca nos deja solos y es capaz de cubrir la vergüenza y la soledad.
2 de julio de 2012
Una pausa en el camino
Lo cierto es que hoy me encuentro desde la otra cara de la moneda, es decir, desde la arista del que trabaja de 8 a 5 todos los días. De la arista que después de la jornada laboral se puede olvidar del trabajo y volver a la casa sin tener que hacer nada. Es la arista del que descansa los sábados, domingos y festivos. Sin embargo, aquí me encuentro... cansado, más irritable, con menos paciencia y algo vacío. Después de casi dos años de campo laboral, puedo confesar que a veces no tengo ganas de levantarme a trabajar, que me quejo mucho por cosas que antes no me hubiera quejado y que me he decepcionado muchas veces de jefes, de compañeros de trabajo; del pelambre que practican, de la envidia que evidencian, pero por sobre todo del egoísmo que muestra la filosofía de nuestra sociedad actual: "yo velo por lo mío, aunque pase a llevar a los demás".
Este fin de semana largo quiero hacer una pausa... mostrar sin caretas al Señor que estoy cansado, a veces sin fuerzas... A veces con dolores de espalda, con ganas de quedarme durmiendo tres horas más. A veces despertando puntualmente según la alarma del reloj, pero quedándome a propósito en la cama, pensando en que no quiero tener que enfrentar esa rutina que cansa y que agobia a momentos...
23 de mayo de 2012
Cruzar la línea de la cobardía
23 de abril de 2012
La necesidad de un padre
Para las mujeres surge esa necesidad de elogio, de ser tratadas como princesas, es decir, de una manera delicada, como debiera ser. Si esto no está, se generan profundos problemas de autoestima y destrucción de la autoimagen... Lo externo cobra mucho sentido para ellas, es decir, la apariencia del cuerpo y también lo que los demás opinen de ellas.
Para un hombre, en cambio, existe esa necesidad de encontrar en un papá la figura de la correcta autoridad. No es esa autoridad que se usa para castigar severamente ni para condenar o humillar; es esa autoridad usada para corregir con paciencia y con amor. La necesidad de afirmación surge de un padre que inculca en su hijo la fe de que él puede alcanzar lo que se proponga y lo que sueñe. Surge de alguien que uno lo apoye pero también que le pregunte "¿cómo has estado hijo?" con un interés genuino e incondicional.
Cuando carecemos de esa figura paterna, nos cuesta más ver al Padre que hay en Dios. Nos cuesta imaginar a un padre bondadoso, lleno de palabras de afirmación para nosotros y con muchos deseos de vernos triunfar en Él. Algo no cuadra en la figura de nuestro padre terrenal y nuestro padre celestial. Incluso siendo cristianos, a veces actuamos como si la figura de Dios no fuera la del Padre amoroso y misericordioso, sino más bien, como si fuera un ser castigador que nos llama a obedecer por obligación, pero sin conocerle.
Escribo de este tema porque toca a mi puerta cada vez que hay un problema familiar. Escribo desde el anhelo de expandir la figura de Dios como la de un Padre que nos busca incansablemente hasta encontrarse con nosotros y conquistar nuestro corazón. He escuchado a lo largo de estos 25 años a tantas personas hablar de Dios, refiriéndose a él de muchas y variadas maneras. Lo cierto es que ese Padre lo encontré en el secreto de mi pieza y fue en ese lugar donde Él mismo me mostró que quería restaurar mi vida, mi autoestima, mis relaciones personales; que quería sacarme de esa soledad y depresión en la que me estaba hundiendo; que quería cambiar mi carácter tan dubitativo y cuestionador y volverlo más dócil, más "flexible" en sus manos; y que quería que todas esas lágrimas de dolor desde ahora fueran de alegría y restauración.
Por eso siempre detrás de los escritos de este blog, la palabra restauración ha estado de manera permanente. Es la palabra que nutre estas líneas y las intenta impregnar del aroma de la gracia y la afirmación de Dios... Porque detrás de ese Dios que parece lejano y que sólo existe en el cielo, he podido experimentar a un Padre tan cercano que sus palabras y su presencia ha restaurado mi vida, mis relaciones, mis sueños, mis expectativas de la vida. Por eso cuando hay problemas que me recuerdan el pasado, lo confronto con esa revelación de un padre celestial lleno de autoridad, amor, palabras de afirmación y de verdad.
9 de abril de 2012
Te quiero Juanita...
19 de marzo de 2012
Aquitar las aguas
15 de marzo de 2012
El reino de los cielos
Siempre me ha llamado la atención el concepto que Jesús ocupa para describir a Dios y su gobierno. Siempre habla del "reino de los cielos" y lo compara a muchas cosas naturales, tales como un grano de mostaza, una moneda perdida, una perla de gran precio, a una red, etc. Como diría John Stott, el reino de Dios se refiere a que Él mismo establece su soberanía sobre nuestras vidas.
8 de marzo de 2012
Ayúdame a escucharte
29 de febrero de 2012
Refrena tu lengua
Para alegar somos todos buenos. Para enojarnos por no recibir lo que queremos o porque no sucede lo que planeamos, también nos resulta fácil. Nos surge de manera natural hablar mal del otro, interponer primero una queja antes que escuchar, ponernos primero en nuestro lugar en vez de otros, etc. La lista podría ser larga.
20 de febrero de 2012
¿Te has detenido?
En medio del frenesí del día a día. Junto al informe que hay que entregar en media hora. Acompañando el atraso de las 7:45, cuando dispones de esos 15 valiosos minutos para llegar a la hora a tu lugar de estudio o trabajo. Buscando siempre el mañana: que llegue el fin de semana, los feriados y las vacaciones...
8 de febrero de 2012
Mis hermanos pequeños :)
7 de febrero de 2012
La relación más importante
2 de febrero de 2012
Dar mucho o dar poco (parte II)
24 de enero de 2012
Dar mucho o dar poco (parte I)
A veces las relaciones parecen cargar hacia un solo lado. Pareciera que la balanza está cargada hacia un solo lado. De esto nos damos cuenta especialmente cuando queremos que los demás tengan actitudes o acciones que esperamos. Esto sucede a todo nivel:
- - - A nivel familiar, cuando queremos que nuestros padres nos presten atención o se preocupen de nosotros.
- - - A nivel de amistad, cuando esperamos que los amigos estén cuando los necesitamos.
- - - A nivel de pareja, cuando tenemos en nuestra mente una imagen de cómo debería ser nuestra pareja en cuanto a su modo de pensar, decidir y actuar.
Este es un tema muy sensible, porque en cuanto al análisis de relaciones interpersonales, en la mayoría de los casos dependerá del cristal por donde se las mire. Si alguno define la amistad como aquella relación en donde la persona tiene que darse cuenta de cuando estoy enojado o cuando estoy dolido, entonces esa persona tendrá algunas decepciones en mayor o menor grado. Ahora bien, si la persona define amistad como aquella relación en donde las cosas deben decirse directamente, tal vez se resuelvan los problemas más rápidamente. El lenguaje indirecto es muy riesgoso y muchas veces dañino para las personas. Cuando no somos directos y esperamos que el otro se dé cuenta, muchas veces crea situaciones de discusiones que se podrían haber evitado.
Es diferente si le hemos dicho a la persona lo que nos molesta, pero esta persona no lo toma en cuenta o argumenta que no puede cambiar. Si detrás de una amistad se encuentra una actitud dura, en donde el argumento de “no esperes que cambie”, se encuentra presente, entonces ya nada podemos hacer para lograr un cambio en esa persona. A ese tipo de personas, sólo las puede cambiar Dios; nuestra labor es orar para que Dios trate ese orgullo.
Finalmente, siempre debe haber autocrítica. Nos resulta bien fácil analizar las actitudes y formas de pensar a los demás, pero muchas veces nos ponemos como jueces y no como personas que tienen las mismas actitudes que juzgamos. Antes de hablar de otros, es necesario hacer una autocrítica y ver si nosotros mismos tenemos esa actitud y otras. Y cuando uno es amigo de otro, también debe serle leal, es decir, no ponerlo mal delante de otras personas, antes bien, decirle directamente lo que pensamos y sentimos, por más rabia que tengamos. La relaciones que perduran son aquellas en que somos los suficientemente valientes como para enfrentar las crisis y son lo suficientemente agradecidas como para hacer sentir al otro que es valioso para uno.
9 de enero de 2012
Lámpara a nuestros pies
La cultura del balcón
Algunos gritaban por allá. Los de acá aplaudían y gritaban. "Llévense a la vieja loca", se escuchaba por ahí. Desde muchos balcone...
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La noche era fría y una pocas estrellas en el cielo auguraban un amanecer nublado y helado. Caminaba solo, sin nada que entorpeciera el flui...
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Inauguración del blog!!! Juan 4 Algunas versiones de la Biblia titulan este pasaje "La mujer samaritana descubre al Mesías. Quien tenga...