Dios se encargó de hacer todo de nuevo, con un nuevo comienzo. Les invito a celebrar conmigo los milagros increíbles que Él hace cuando le creemos!!
27 de diciembre de 2015
10 años de blog
20 de diciembre de 2015
Cómo pasa el tiempo!
Este año, como ningún otro, se me pasó muy rápido! No estuvo exento de cansancio y momentos difíciles, pero al hacer un balance, fue un año muy bueno, mucho mejor que el anterior. No cambiaron tantas cosas a mi alrededor, pero sí hubo un cambio en mi interior que aún sigo experimentando. Ese cambio tiene que ver con intentar ver la vida con el lente de la esperanza y no del desánimo. Siempre habrán cosas malas que sortear y personas con carácter complicado que aguantar, pero no por eso me puedo derrumbar.
He estado aprendiendo poco a poco a trabajar en lo que siento que soy bueno e ir aprendiendo en ese camino. Mucho tiene que ver con el propósito que tiene el Señor para mi vida y que tiene relación con la restauración física y emocional/espiritual de otros. Aún sigo en ese proceso.
Sacudirse del pasado ha sido uno de mis grandes temas. Sin embargo, cada día siento que ese peso ha ido cayendo. A veces, cuando surgen conflictos con mi familia de origen, me viene la melancolía, pero ha sido bueno experimentar cada vez menos esa sensación.
Ha sido un año de compartir más mis cargas y no estar tan encerrado. He abierto puertas a amigos de la iglesia y a mis viejos amigos del GBU, que me han ayudado mucho con consejos, llamadas de atención, palabras de ánimo y oración. Sin ellos, el camino hubiera sido más difícil de recorrer.
Esta navidad ya la siento como un tiempo especial, y eso me tiene contento. Contento porque me he dado cuenta que centrar la vida en los conflictos trae consecuencias nefastas para el estado de ánimo y para el buen dormir. Sin embargo, confiar en el Señor me ha dado descanso y paz para enfrentar los desafíos de cada día.
Les deseo a todos una feliz navidad. Navidad para perdonar. Navidad para amar. Navidad para dejar de ser consumista. Navidad para dar en vez de esperar recibir. Navidad para sanar. Navidad para construir. Navidad para abrazar. Navidad para soñar. Navidad para agradecer. Navidad para ser luz.
12 de noviembre de 2015
Sueños y restauración
28 de octubre de 2015
Estancado
En el GBU trabajé de manera apasionada por muchos años, soñando proyectos que contribuirían a llevar más estudiantes a los pies de Cristo. Ya poco de eso queda... me he estancado en eso también, sin poder ver lo que Dios quiere hacer para esta generación.
En el trabajo he sentido en los largos 4 años decepción tras decepción... si bien es buen trabajo, me he desgastado tratando de solucionar problemas casi todas las semanas. Eso realmente es cansador y he sentido que ha cambiado mucho mi manera de tratar a las personas... Desconfío más, reclamo mucho más, me enojo constantemente y me quejo más.
Sin duda esos cambios no son buenos. Me hallo en el sitio exacto que hace algunos años criticaba. Veía cómo la gente en la medida que se ponía más vieja, se ponía seria e incluso grave. Y, aunque es cierto que hay que tomar las responsabilidades con seriedad, a veces me siento dando bote en la misma rutina de siempre, queriendo salir de este sitio.
Con las amistades también me he estancado... Me he dedicado a cultivar sólo algunas amistades y extraño a muchos amigos que el tiempo y la falta de conversación han ido dejando en el pasado. Es cierto que no se puede tener una amistad íntima con muuuucha gente, pero me siento responsable de algunas que he perdido por omisión.
Esto me lleva a pensar que debo tomar medidas para cambiar el rumbo y enforcar nuevamente mi vida en aquellos sueños que el Señor quiera revelarme para esta etapa de mi vida. Y confiar más... reír más... quejarme menos... mirar más a mi alrededor.
14 de septiembre de 2015
Dejando de dar vueltas
8 de septiembre de 2015
Este es mi clamor
A veces queremos panoramas ideales, tan ideales que nos frustramos cuando nuestros planes no funcionan... o si de repente el compañero de trabajo llegó estresado, o la señora se alteró por cualquier cosa.
Por eso, cámbiame Señor. Cambia mi corazón y la manera en que miro las circunstancias a mi alrededor. Cámbiame y hazme ver todo aquello que nunca he visto en los demás, hasta ser capaz de amar a mi adversario, amar a aquel que habla mal de mí, amar a aquel que me pasa a llevar.
Pero para ese cambio, te necesito. No puedo solo. Cuando he tratado de cambiar solo, he tenido un único resultado: frustración. Frustración en esforzarse por que las cosas resulten como uno quiere que resulten. Sin embargo, al final uno se da cuenta que la vida se hace de muchos pedazos de cuadros rotos, que tú comienzas a armar por medio del lazo más fuerte: tu gracia. Es esa gracia que me grita a diario que no dependa de mí para realizar las cosas. Que no dependa del carácter del compañero de trabajo o de las reacciones de la otra señora. Que no malgaste mis energías y recursos en tratar de cambiarlo todo para hacerlo un panorama ideal. Que simplemente depende de ti en medio de la turbulencia, en medio de la adversidad, en medio de los diferentes caracteres, en medio de la escasez, en medio de la abundancia y el éxito, en medio de los rencores... En resumen, que mire a la cruz y me sea revelado el gran secreto: consumado es...
No te quiero como un concepto. No quiero acudir a ti cuando me encuentre en dolor o necesidad. Más bien, anhelo el silbo apacible de tu presencia. Anhelo el abrazo profundo de un padre que ama a su hijo. Anhelo tu voz, la cual aparece y ruge en medio de los escollos de la vida. Señor, anhelo verte.. no como un concepto, no como "algo" a quien acudir o como un dogma de cosas que cumplir. Anhelo conocer al Dios de las Escrituras... Y ser lleno de ti y de tu Espíritu para hablar sin temor a ser rechazado, sin temor a ser insultado, sin temor a las burlas.
1 de agosto de 2015
Mi escondite, mi escudo, mi esperanza
27 de julio de 2015
Hambre de ser compasivos
Es tan delgado el límite cuando nos aferramos a una "verdad", que existe el peligro de caer en aquello que menos queremos: intolerancia y falta de amor. Por eso no llama la atención que aquellos que más buscan justicia, son los menos tolerantes cuando hay personas que opinan distinto a ellos. Por eso es que a veces encontramos personas que atacan ciertas conductas en otros, pero cuando las hacen ellos, pasan por errores no forzados. Esto sucede cuando enfocamos la justicia en nosotros y no tenemos la capacidad de quitar la viga que hay en nuestros ojos para poder ver al otro y ayudarle a ver mejor. Por eso cuando tenemos hambre y sed de justicia de la que Jesús enseña, caeremos instantáneamente en la siguiente bienaventuranza: "Dichosos los compasivos, porque serán tratados con compasión".
Hay un dicho popular que dice que todo en la vida se devuelve. Sea bueno o malo, todo lo que sembramos, eso también cosecharemos. Esto me lleva a reflexionar sobre cuántas veces en la vida he creído que algo es justo, pero sólo era justo para beneficiarme a mí y no al que estaba a mi lado. Si siembro egoísmo, también eso voy a cosechar. Si siembro ira, sembraré ira de parte de los demás. Si siembro discordia, me quedaré sin amigos. Ser compasivos tiene que ver justamente con beneficiar al otro. Es justamente defender al desvalido. Es justamente pensar en quien me ha herido y no continuar el círculo de devolverle al otro lo que me hizo. Es duro pero se puede ser compasivo con quien me está continuamente dañando... Y pese a que duele, cosecharemos algo al final del camino: compasión de los demás. Y generará en nosotros una característica que no es propia del género humano por estos días: un corazón limpio, que puede ver a Dios claramente porque no está ligado a heridas o se embandera por causas que tienen que ver con defender la dignidad personal por sobre la de otros, o se aferra a lo material. La buena noticia es que, en este proceso, no estamos solos; el Espíritu Santo nos ayuda.
29 de marzo de 2015
Hambre y sed de justicia
Las cosas no andaban bien por esos días en mi familia y toda mi rabia la descargué contra mi papá. Y aunque podía tener la razón en ese momento y haya tratado de anhelar con todas mis fuerzas la justicia, lo cierto es que quedé más herido.
He escuchado a muchas personas dañadas por injusticias de la vida. De hecho, vivimos constantemente lidiando con la injusticia. Desde la injusticia e inequidad social, hasta la injusticia que se da al interior de las familias y trabajos. Hay muchas personas que de todas esas injusticias, se vuelven muy buenas para criticar todo, para hablar mal de las personas alrededor, etc. El fruto de ese tipo de anhelo de justicia, es un fruto podrido, que solamente exhala mal olor.
El hambre y sed de justicia que nos llama el Señor, no es motivado por nuestras propias fuerzas. Es motivado por lo que Él puede hacer. Por eso dice que son bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos SERÁN saciados. No dice "porque ellos serán los que la ejecuten". Es muy diferente poner todas nuestras heridas en las manos del Señor, a hacer que esas heridas generen grandes deseos de desquitarnos con todos. Lo cierto es que muchas veces, incluso conociendo a Dios, seguimos creyendo que la justicia debe ser ejecutada por nosotros.
Luego de dos días de esa noche en que discutí con mi papá, el Espítitu Santo me llevó a pedirle perdón. Entendí que no se trataba de lo que yo pudiera hacer, por más que tuviera la razón... Es mucho mejor dejar que el Señor sea quien haga justicia y no nosotros. Su justicia es duradera y causará felicidad al final del camino.
9 de marzo de 2015
Dichosos los humildes
Quiero citarles unas palabras que escribí respecto a este mismo tema, pero en octubre de 2006. Creo que refleja mucho lo que quiero transmitirles:
""Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo..." (Filipenses 2:3)
Permítanme leer este versículo de atrás para adelante:
"Si cada uno estima a los demás como superiores a él mismo, entonces se evitarán contiendas y vanaglorias" (Del Autor)
(Sobre la humildad) Me llama tanto la atención esta palabra. Lejos de ser algo abstracto, es un concepto que toma cuerpo cada día. Decidimos tomarlo, o simplemente darle la espalda.
Dios promete estar cerca de los humildes y darles gracia. Si entendiéramos tan sólo un poco de la palabra, estoy seguro que clamaríamos al cielo para que Dios formara la humildad.
La humildad reconoce sus errores y pide ayuda.
La humildad no guarda rencor.
La humildad llora sin temor.
La humildad corre al amor y toma su mano.
La humildad considera a los demás como un ejemplo a seguir y extrae la sustancia más valiosa de cada persona para cultivarla en su propia vida.
La humildad no busca intereses personales.
La humildad es sincera.
La humildad es la primera que pide perdón y se humilla.
La humildad es madura.
La humildad prefiere el anonimato antes que la exaltación en público.
La humildad rechaza la hipocresía y los intereses creados.
La humildad busca el bien ajeno antes que el propio.
La humildad agrada a Dios y conquistar el corazón del Padre."
18 de febrero de 2015
Un paréntesis [...]
16 de febrero de 2015
Son felices los que lloran
12 de febrero de 2015
En búsqueda de la felicidad (Mateo 5)
La Real Academia Española define la felicidad como "Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien". También podríamos definirla como un estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno. Lo cierto es que, analizando nuestras propias vidas, ninguno podría decir que vive en un estado complacido. Yo no sé si es mi propia visión, pero siento que a veces nuestra sociedad está tan concentrada en esa autosatisfacción y querer llegar a esa felicidad para nuestras familias, que olvidamos el proceso... muchas veces queremos llegar a esa felicidad sin que nos cueste nada y sin conflictos.
La cultura del balcón
Algunos gritaban por allá. Los de acá aplaudían y gritaban. "Llévense a la vieja loca", se escuchaba por ahí. Desde muchos balcone...
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La noche era fría y una pocas estrellas en el cielo auguraban un amanecer nublado y helado. Caminaba solo, sin nada que entorpeciera el flui...
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Inauguración del blog!!! Juan 4 Algunas versiones de la Biblia titulan este pasaje "La mujer samaritana descubre al Mesías. Quien tenga...