Dios se encargó de hacer todo de nuevo, con un nuevo comienzo. Les invito a celebrar conmigo los milagros increíbles que Él hace cuando le creemos!!
21 de diciembre de 2011
Agradecido por mis papás
12 de diciembre de 2011
El Dios de la Navidad
7 de diciembre de 2011
Esa capacidad de asombro
Me gusta observar a los niños. Lo hice por mucho tiempo con mis hermanas pequeñas cuando salíamos a dar vueltas cerca de la casa. Me quedaba observando su sencillez y su inocencia. Muchas veces nos sentábamos en el pasto a conversar y a contar historias. Una vez les hice ponerle nombre a las estrellas je... Aún recuerdan eso y me da gusto cuando relatan la experiencia... No es malo ser como un niño, especialmente cuando se trata de ser rápidos en dejar el pasado atrás y en perdonar sin rencor. Tampoco es malo cuando adoptamos su sencillez para ver la vida y para tratar a los demás, sin rollos internos y sin tantos cuestionamientos.
Ellos descubren la vida y se asombran de ella a medida que van abriendo los ojos a cosas nuevas. Tal vez por eso Jesús dijo que debíamos ser como ellos para entrar en el reino de los cielos. A veces no se trata de grandes campañas de evangelización o de grandes eventos; se trata de sencillez, de humildad y de algo que tienen los niños y que se puede extrapolar a los espiritual: crecimiento. Los niños crecen por un componente genético, hormonal y también porque hacen ejercicio y descansan. El niño vive el día a día. A veces no puede dormir en la noche porque el papá le prometió que al otro día saldrían a la playa. Ansioso, espera que despunte el alba y que llegue la hora de cargar el equipaje y partir.
A veces nos falta algo de eso para agradecer por todo lo que Dios nos ha dado: "capacidad de asombro y de expectación". Cuando tengamos una pizca de eso, estaremos muy cerca del reino de los cielos.
1 de diciembre de 2011
El motivo del agradecimiento
Un jefe complicado. Un compañero de universidad insoportable. Un pasajero que en la micro me empujó sin pedir disculpas. Un papá mal genio. Una muerte no esperada. Etc. Son tantos los motivos por los cuales podríamos quejarnos... Nos quejamos por la relación que tenemos con otros, porque hace calor o porque hace frío. A veces nunca nos saciamos. Decimos: "Si cumplo esto en mi vida, voy a ser feliz", y cuando llega eso, inmediatamente aspiramos a más y nos sentimos vacíos de nuevo.
24 de noviembre de 2011
Años dando vueltas
4 de noviembre de 2011
[...]
1 de noviembre de 2011
Llamados a predicar, no a condenar
19 de octubre de 2011
Una pasión que no pasa de moda
Ella no es tímida; al contrario, las historias que trae consigo, son narraciones llenas de detalles y emoción. Una misma historia tal vez puede ser contada con mucho detalle y varias veces. Me gusta escucharla y conocerla más. A pesar de que he crecido, aún me gusta que me mire como un niño y que cuando llegue me apriete la mejilla y me llame "Davicito". Su incondicionalidad es una de las cualidades que más llaman mi atención.
13 de octubre de 2011
Una relación genuina contigo... eso deseo
3 de octubre de 2011
Lo único que importa en la vida
Muchas veces uno cede ante las presiones sociales: mayor éxito, mayor status socioeconómico, mayores títulos, mayores cursos, mayores vestimentas, etc. Y así perdemos nuestra vida entre las apariencias y las ganas de "surgir". Nos afanamos y pensamos que esa es la única manera de seguir adelante.
A veces a vida es más simple que eso. Un gesto. Un abrazo. Una risa de un niño. Un bebé que sonríe. ¿Acaso eso no es vida? A veces uno busca surgir bajo las normas que impone la sociedad... una sociedad que basa sus intereses en el dinero, en las apariencias y en la vanagloria.
Sin embargo....
todo aquello es frágil... todo aquello se destruye fácilmente. Ante cualquier terremoto en la vida, los títulos no sirven y no nos salva la marca de nuestra vestimenta. No nos ayuda en nada el vivir arriba de Plaza Italia ni el restaurant donde vamos a comer. Ante la vida, lo que más importa es buscar de todo corazón al Señor.. y en eso se resume todo. Porque si él dijo que no nos afanáramos por lo que vestiremos o comeremos, entonces podemos confiar en que su corazón está con nosotros para darnos todo lo necesario. Lo que pasa es que a veces para nosotros es más necesario un título, un trabajo o un buen status, que su presencia y que participar de su plan y voluntad.
todo aquello es frágil, pero nuestro Dios es fuerte. Todo aquello es pobre en sí mismo, pero nuestro Dios es rico. Todo aquello se destruye con un terremoto, pero nuestro Dios sostiene nuestros cuerpos y nuestras almas con Su brazo fuerte.
"Señor... tú eres lo más importante... tú eres mi fuerza... Solamente llévame a encontrar la felicidad en tu presencia. En tu presencia hay plenitud de gozo"
21 de septiembre de 2011
Situaciones incómodas
Por mucho tiempo ese fue mi pensamiento: "¿qué irán a pensar/decir los demás de lo que opine o piense?". Muchas veces lo disfrazaba con argumentos relacionados con el bajo perfil o con el famoso "yo soy así" (la peor excusa). Lo cierto es que en este último tiempo, el Señor me ha estado mostrando aquellas áreas de mi vida en las que me estoy escondiendo de los demás. Una de ellas es esta: el poder alzar la voz. Recuerdo que hace 3 semanas oré al Señor, pidiendo que me ayudara a superar esto, porque muchas veces me sentía pasado a llevar en mi trabajo por opiniones que daban mis compañeras, o por circunstancias de la vida en donde me enojaba conmigo mismo por no tener la capacidad de actuar a tiempo y quedarme impávido observando sin hacer nada. Y su respuesta fueron problemas je... Hace 2 semanas tuve un conflicto con una compañera de trabajo en donde me sentí muy desafiado a hablar acerca de lo que pensaba. Hace poco también tuve un conflicto con una paciente muy conflictiva que fue un desafío multiplicado por dos. Esas circunstancias me hicieron pensar que muchas veces me quedaba observando a las personas y no reaccionaba a "parar el carro" como se dice, o a dar mi opinión, por más contraria que sea a la de la mayoría.
En el poco tiempo que llevo trabajando me he dado cuenta que todos hablan de todos... es fome que a veces uno escuche cómo hablan mal de manera excesiva de un compañero de trabajo. Uno no debe guiarse por lo que los demás puedan decir de uno, como si eso dictara mi forma de ser. Uno tiene que ser como es no más, sin cuestionarse si eso se adapta a lo que los demás quieren. Eso no quiere decir que uno tenga licencia para ofender a todos o pasar a llevar, pero sí que lo acepten a uno como es, así como uno acepta a los demás con sus defectos. Hay veces en que la gente es hiriente para decir las cosas... Me dijeron una vez que era "pasivo" y eso me hizo enojar mucho internamente. Pero meditándolo mejor, me di cuenta que era el Señor quien estaba hablando a través de todas estas situaciones incómodas.
Como diría mi amigo Carlos Hernández, Dios usa esas circunstancias incómodas para moldearnos y devolvernos a la imagen original que Él tenía de nosotros. Y estoy seguro que Dios me ha creado para que avance seguro de quién soy en él y los dones y talentos que ha puesto en mi corazón. También he llegado a la conclusión que la gente siempre va a hablar de todos y de uno... y que lo más importante es buscar agradar el corazón de Dios a toda costa.
13 de septiembre de 2011
7 de septiembre de 2011
En su silencio
Mi mamá siempre ha sido callada. Podíamos pasar mucho tiempo juntos en silencio sin articular ni una sola palabra ni tampoco contarnos alguna historia. Ella se frustra rápido y cuando la atacan se defiende encerrándose en sí misma. La conozco bien... Conozco esos silencios y sé a través de sus ojos cuando ese silencio es por cansancio o por alguna situación desagradable que pasó.
Nunca ha sido entusiasta para las juntas familiares ni tampoco es dada a tomar iniciativas. Muchas veces eso me afecta y me hace entristecer porque quisiera verla más feliz y no con su cara de tristeza a veces... Ese encierro en sí misma me afecta en especial cuando tengo un nuevo plan o he comprado algo para la casa o para mí mismo, y noto desinterés o inexpresión... A veces uno espera que los papás se involucren en la vida de los hijos, no invadiendo la privacidad sino que mostrando que les importan las actividades y proyectos que tienen en mente.
La gente callada como ella, no tiene muchos amigos. Tal vez es triste decirlo, pero aquellas personas tímidas no son dadas a buscar amigos; más bien, esperan muchas veces que otros se acerquen y les "ayuden" a socializar. Quienes son más callados generalmente son organizados, metódicos y con una fuerza interna impresionante. Muchas veces la gente que es callada, ahuyenta a las personas, porque ellas interpretan ese silencio como un rechazo. Sin embargo, esas personas silenciosas buscan de igual manera que alguien las escuche, las entienda, no las rechace y las ame tal cual son...
Cuando pienso en este tema, a veces me bajoneo... Quienes han leído mi blog desde hace mucho tiempo saben las trancas familiares que han existido. La diferencia con las palabras de antaño es que antes tenían un tono de mucha queja y lamento, pero hoy, cada vez que me bajoneo por estas cosas o suceden problemas así, decido darle gracias a Dios por lo que él me ha dado. Y hoy lo hice así de nuevo, porque muchas veces las actitudes de quienes están a nuestro alrededor nos afectan, pero eso ahora me desafía a madurar y a no poner mi mirada en cómo tendrían que ser las persona según mi voluntad, sino rendir eso que nos afecta y que Dios haga los cambios que Él estime conveniente. En realidad, cuando uno da gracias a Dios en vez de quejarse, se abre una puerta para que él restaure nuestras vidas y llene nuestros vacíos. Es realmente una experiencia liberadora.
"Querido Dios.. tú siempre has sido fiel. Yo te amo. Con todo mi ser y con toda mis fuerzas. Te hablo en la micro, en el metro o en la calle, y sé que ahí estás para escucharme. Muchas veces he sentido el vacío de mis padres... y sin embargo, te agradezco porque todo lo que ha sucedido ha sido para tu gloria. Como cuando me hiciste entender que no se trataba de lo que yo quisiera, sino de ti. O como esa vez que te rendí mi felicidad, pensando que la vida traería muchas más y pesadas cargas. Y sin embargo, alivianaste mi carga y me llevaste a una tierra espaciosa, como hoy la siento. Tú eres quien llena mis vacíos y sacias mi necesidad. Llévame a tal actitud de humildad que ya no exija a los demás que sean como yo quiera, sino que me rinda a tu voluntad. Pero también te pido que sigas trabajando en mi familia... en mi mamá especialmente, levantando su ánimo, apasionándola por la vida y dándole nuevos colores a ese cuadro que a veces se torna de gris... Llevándola a restaurar completamente quien es, como se lo prometiste hace ya tanto tiempo... Te agradezco por ella y te pido que me uses en traer alegría a su vida y pasión por ti y por las personas.
Te amo Padre... gracias por escucharme de nuevo y decirme que tú estás en control :) "
29 de agosto de 2011
Un nuevo rumbo en este blog
Cuando el amor del Padre irrumpe en una vida, el cielo entero se estremece, cantan los ángeles, se gana una batalla. Cuando vemos una nueva revelación de su persona, los problemas se esfuman y las peticiones dejan de tener otra respuesta que Él mismo.
Cuando lo conocemos, Él nos restaura y luego nos hace girar los ojos alrededor y ver la necesidad por la cual él está trabajando. Luego de encontrarse con nosotros, Él nos envía a los demás a llamarlos hacia su presencia. No importa nuestra condición. Para él no existe mayor o menor capacitación. Sólo espera discípulos que puedan pagar el precio... y que puedan perdonar, amar sin esperar recibir y dar su vida entera en amor a Él.
"Heme aquí, Señor..."
24 de agosto de 2011
Al Dios que todo lo cambia
"¿Por qué? ¿Cómo fue a suceder? ¿En qué momento esto se escapó de mis manos? ¿Qué más podía yo hacer?"... Todas esas eran algunas preguntas que te hacía en la intimidad... Preso de la desesperación de ver soluciones; preso de la ansiedad de ver que al fin podría respirar tranquilidad. Aún tengo fresco el recuerdo de cuando salí de la iglesia que me albergó desde mi niñez. Allí crecí. Allí me volví un adolescente y un joven. Allí estaban mis amigos, mis confidentes, mis ejemplos a seguir. Todo estaba allí. Allí yo tenía mi futuro...
19 de agosto de 2011
No cambien
11 de agosto de 2011
Y cuál ha sido tu mayor cambio?
Este post está dirigido a mis lectores. A aquellos que comentan siempre (y a quienes se les agradece mucho) y quienes sólo pasan para leer sin dejar comentarios, pero que sin duda son valiosas personas.
Quiero hacer algo diferente ahora. Alguno de ustedes se animaría a comentarnos cuál ha sido el mayor cambio que Dios ha hecho en su forma de pensar? O algún profundo testimonio acerca de lo que el Señor ha cambiado en sus vidas?
Ya algo les comenté al decir que el Señor me enseñó a ser feliz a pesar del color de las circunstancias. Ustedes podrían decir algún área o alguna historia que refleje ese cambio que hizo el Espíritu Santo en ustedes?
4 de agosto de 2011
Mi familia también cambió [...]
24 de julio de 2011
Cuando no me ven [...]
"Querido Señor...
A veces te pido que me uses, que te reveles a los demás a través de mí. Podría recordar tantas veces en que he visto errores y debilidades en mí y, a pesar de todo eso, continuas confiando en alguien que falla.
Padre, podría dar fe de que tu misericordia se hace nueva cada mañana. Gracias por eso! porque ves a Jesús en nosotros y por esa razón nos perdonas y nos llamas a tu presencia como servidores tuyos, y no sólo como eso, si no también como hijos del rey.
Te amo... y te pido que me ayudes a serte fiel incluso cuando nadie me ve, incluso cuando no hay nadie que vigile si estoy haciendo las cosas bien o mal. Que pueda hacer las cosas no como si alguien me estuviera viendo, sino pensando en que eres tú quién ve mi vida desde lo más íntimo hasta lo mása público. Que en todo pueda tener el deseo de buscar la santidad y de entregar lo mejor de mí... No se trata de mis méritos... lo sé; ellos no me hacen más aceptado delante tuyo, pero sí sé que buscando la santidad me parezco más a ti y en mi carácter puedo reflejarte a otros también...
Gracias por ver oro entre el barro :)"
18 de julio de 2011
"Para que te vean" [...]
14 de julio de 2011
Libre entrada
Cuando pequeño, siempre me enseñaron a pedir permiso antes de entrar a la casa de alguien desconocido. Por eso, vez que íbamos de visita, el hábito que me enseñaron fue el de limpiarme los pies antes de entrar y el de pedir permiso al entrar a esa casa.
Esto contrastaba fuertemente con lo que hacía en mi casa. Cuando llegaba del colegio no entraba a la casa pidiendo permiso. Y si bien me limpiaba los pies a la entrada, era para no ensuciar y no por "educación". En la casa de uno, no se entra al baño pidiéndole permiso al papá o a la mamá; menos le dices a tu hermano: "¿puedo estar en el living contigo?".
En la Biblia leemos que Dios nos ha dado libre entrada a su presencia... y que podemos entrar libremente al trono de la gracia para recibir el oportuno socorro. Cuando leo ese versículo, me imagino a una persona que te dice: "Siéntete como en tu casa... puedes usar todo lo que hay aquí como si fuera tuyo". Y Dios así lo ha hecho con nosotros: nos ha dejado entrar a su hogar y hacerlo nuestro. Nos ha dado la bienvenida a su casa!!!
Tal vez ustedes no logren comprender del todo por qué este tema es tan importante para mí, pero el hecho de que Dios nos permita gozar de todo lo que es él, también nos libera de ese temor al rechazo que podamos percibir de parte de él. Es como si Dios nos dijera: No es necesario que pidas permiso... entra en mi presencia y usa todo lo que hay ahí. Su amor no nos rechaza, al contrario, echa fuera el temor y nos permite entrar en Su casa.
"Señor... gracias por tener libre acceso a tu casa. Una vez me dijiste que me usarías para restaurar a muchas personas y yo, con todo el temor que tenía en mi corazón, te daba gracias por ver en mí el oro de entre el barro. A esos cortos 12 años, comenzaba a entender que no estabas interesado en corregirme con castigos desproporcionados ni rechazo. Tu objetivo era mostrarme al Padre que hay en ti. Cada cierto tiempo puedo verte en pleno y me asombro de ver que no eras aquella persona que pensaba tan lejana o que al primer error ya me iba a desechar... Hoy, entrando libremente a tu casa, veo que todo es posible... que si oro por alguien, esa persona puede sanarse en tu nombre; que si dijiste que me usarías para llevar tu mensaje a muchas personas, entonces debo avanzar sin pensar que en cada acto deba pedir permiso... Creo en ti y creo que tú puedes hacer del barro un gran vaso...
Muchas veces te he pedido que me cambies... que ma hagas más extrovertido, más hablador, más entrador con las personas... Pero aún recuerdo cuando me dijiste: "Los líderes que yo levanto no son los grandes caudillos; no son aquellos que tienen las cualidades innatas... sino los débiles, aquellos que dependen de mí"... Y hoy a través de estas palabras te digo nuevamente que aquí estoy... dispuesto ante ti. Igual que esa vez que me dijiste que siempre tendría un lugar en tu casa... Sí, en tu casa siempre habrá un lugar incondicional para mí... Hoy oro para que muchos puedan llegar a tu casa y puedan darse cuenta que en tu hogar hay libertad y vida."
10 de julio de 2011
A pesar de mí [...]
Querido Dios:
Cuando pienso en tu amor, lo primero que se viene a mi mente es tu fidelidad y de cómo tu misericordia se hace nueva cada mañana. Eso sobrepasa lo que mi mente puede comprender y lo que mi razón puede explicar. Porque no entiendo cómo siempre olvidas nuestros errores y te acuerdas de tus promesas hacia nosotros; y no entiendo cómo darle una explicación lógica a tu perdón infinito. Quizás no quieres que me esfuerce en tratar de entender o explicar esto, sino recibirlo.
Gracias por darnos segundas oportunidades a pesar de conocernos tan a fondo. Eso me hace vulnerable y frágil a tu mirada, pero a la vez me hace valioso delante de ti. Gracias por Jesús, porque fue él quien permitió que hoy pueda estar aquí, dando gracias por el perdón y por la gracia que derramas sobre aquellos que son tuyos...
No trataré de entender ni explicar... solamente recibir aquello que tienes para mí y dar todo de mí para buscar con todas mis fuerzas el caminar en santidad, así como tú quieres [...]
5 de julio de 2011
Te anhelo por sobre todo...
Señor:
No hay mejor oración que aquella que surge del corazón. No hay mejor conversación contigo que aquella que abre el corazón y te dice todo lo que piensa, siente, cree y espera. Y hoy pienso, siento, creo y espero en ti... Creo que es un buen momento para pedirte que de nuevo charlemos acerca de ti.
No sé por qué varias veces que me he acercado a ti, te veo como aquel león de las crónicas de Narnia... Capaz de rugir tan fuerte que eres capaz de descongelar el hielo de nuestros inviernos y de hacer temblar a tus enemigos. Pero a la vez eres capaz de jugar con los niños... Por eso muéstranos quién eres... no la imagen preconcebida que tenemos. Queremos verte a ti, tal cual eres... no llamarte cuando tenemos algún problema, sino buscarte aún cuando alrededor se vea crisis e inestabilidad. Anhelo con todo mi corazón platicar contigo acerca de mis sueños, mis temores, mis anhelos más profundos... y luego de eso, escuchar tu voz... la voz que calma las tempestades, la voz que anima a los que están tristes, la voz que sana a los enfermos, que da vista a los ciegos, audición al sordo y que hace al cojo saltar; la voz que todos anhelamos y que a momentos creemos tan esquiva.
Ven de nuevo y háblame... Ruge, león... león de Judá. Ruge sobre mis temores, sobre mis sueños y forma tu carácter en mí, de tal manera que otros puedan verte a ti a través de mí. Y después que rujas, háblame sobre tu carácter paternal, de tal manera que podamos salir juntos a pasear como a veces lo hacemos o que compongamos canciones como solemos hacerlo allí en privado. Permíteme estar cerca tuyo, porque eso es mejor que cualquier lujo aquí en la tierra; déjame tocar tu rostro y describirlo... para que otros vayan en pos de ti no por lo que puedas darles, sino por lo que eres, porque eres amor y hermosura, querido Dios.
Para que te terminen amando, como te amo yo... Para que sientan la misma pasión que hoy siento. Para que piensen en ti, como hoy pienso... Para que esperen en ti aunque no haya seguridad en nada alrededor... Para que amen tu presencia, como la amo y busco desesperadamente [...]
3 de julio de 2011
Háblanos de nuevo
Hoy nos acercamos a ti con un corazón sincero, como el que se acerca sin poder ocultar nada delante de ti. Te seguimos esperando... a pesar de ver a nuestro alrededor circunstancias difíciles a momentos, o caos financieros. Confiamos en ti aunque se remueva la tierra y reine la inestabilidad... Creemos en ti, aunque todo diga que no es necesario creer y que cualquier verdad sirve para llegar a la felicidad.
Hoy oro por aquellos que te anhelan sin obtener respuesta a sus oraciones. Por aquellos que sufren en silencio sin ver soluciones. Por aquellos que siguen esperando fielmente en aquel que puede salvarles de su realidad. Por aquellos que te siguen amando aunque no vean nada bueno alrededor. Ellos te anhelan, Dios... Revélate de nuevo para que te busquen por lo que eres y no por lo que le puedes entregar. Y cuando te reveles, muéstrales tu poder a través de las circunstancias, de tal manera que vean que eres un Dios que todo lo puede y que nada hay difícil para ti. De hecho, eres un Dios de milagros e imposibles. Háblanos de nuevo y rompe el hielo que por tanto tiempo ha ido enfriando nuestros corazones y ha congelado nuestra fe hasta conformarnos con poco..."
30 de junio de 2011
La oración que justifica
28 de junio de 2011
Cuando oramos
23 de junio de 2011
Al que rompió con la depresión
Hoy quiero compartirles que sí... un corazón que alaba a Cristo sí puede estar triste. Si no fuera así, el David de la Biblia no hubiera escrito tantos salmos. La mayoría de los salmos tuvieron una inpsiración basada en algún conflicto o en alguna decepción que tuvo. Muchas veces el mismo salmista le reclama a Dios por Su silencio y porque ve que no hace nada frente a su sufrimiento. Jesús mismo estuvo triste antes de morir y oró hasta tal grado de intensidad que sudó sangre. El profeta Elías, ante la amenaza muerte de la reina Jezabel, huyó a una cueva y allí deseó morirse, incluso después de haber desenmascarado a los profetas de Baal. Son personajes que sufrieron de la tristeza extrema... Y es que esta emoción es propia de nosotros... Quienes no aprenden a sufrir, tampoco aprenden a progresar. Quienes no sufren tampoco aprenden. El problema yace en la mantención de este sentimiento en el tiempo... Porque la depresión ya no es fisiológica y se traduce en un sentimiento permanente de desesperanza, temor, inseguridad, angustia, desmotivación y dolor. Realmente es un hoyo en el que la persona muere en vida... sin ganas de nada, sin ganas de progresar, sin la motivación propia de antaño...
También hay personas que viven etapas buenas y luego vuelven a un estado basal de desmotivación y, por más que luchan, no pueden superar esto.
Dios no juzga a quienes sienten indignos por estar con depresión. Al contrario, los acepta y ama su sinceridad. Ama cuando le decimos: "Señor... ya no puedo más"... "Señor, ya se acabaron mis fuerzas", "Señor, dime que me amas", "Señor... siento que mis fuerzas se acaban". No hay fórmulas para salir de la depresión, pero sí podemos seguir el ejemplo del mismo salmista que, a pesar de gritar, llorar, quejarse y todo, confiaba en Dios. Le confiaba sus penas y quebrantos. Le entregaba sus imperfecciones y le pedía que le corrigiera. No buscaba técnicas de relajamiento. No iba detrás de fórmulas caseras para encontrar la sanidad. Iba detrás de Dios... Estaba en sus brazos. Por eso varias veces dice: "Me siento como un niño destetado de su madre"...
Porque la vida cristiana no se trata de que en todo nos vaya bien y que veamos la prosperidad por todas partes. El cristianismo está lejos de proclamar el éxito personal y la carencia de problemas. El cristianismo no es estar alegre todo el tiempo... no es estar siempre arriba. El cristianismo se trata de Jesús. Y si estamos tristes, que lo compartamos con Él. Y si estamos alegres, celebremos con Él. Porque saben algo... de repente él romperá su silencio y hablará... Su mano romperá el hielo de nuestro corazón y hará que la esperanza fluya otra vez...
Recuerdo bien ese día que fui a la iglesia, porque no tenía ganas de ir. Hacía algunos días antes, había orado a Dios preguntándole si realmente me amaba... porque veía la desgracia alrededor y la desesperanza reinaba por todas partes. Ante su silencio y la dificultad de las circunstancias, me sumí en una profunda depresión. No quería salir... solamente quería el encierro en mi pieza. No quería que nadie me aconsejara usando los clichés de siempre... Sin embargo, ese día en la iglesia una persona oró por mí y me dijo de parte de Dios: "Yo te amo más de lo que tú imaginas". Cuando cuento o escribo esto, siempre me emociono y me es imposible aguantar las lágrimas. Esa simple respuesta cambió mi vida... Consiguió arrancar la soledad y la depresión... Consiguió volver a hacerme ver los sueños que Dios tenía para mí... Entendí que su amor es para todos, incluso para mí... y que su amor es tan poderoso que puede transformar cualquier cosa. Dado que él es amor, al encontrarnos con él nos encontramos con nuestro propio valor y nuestra verdadera identidad... En su amor renacen los sueños de nuevo y la vida vuelve a ser vida... Renacen las sonrisas y los planes a futuro. Renacen las relaciones con la familia y hay libertad para avanzar y creer que se puede seguir.
"Sobre toda enfermedad y sobre toda verdad. Sobre argumentos y altivez. Sobre egoísmos y falsedad. En altos y bajos. Contrastes y contrastes. En pobreza o abundancia. En tristeza o alegría. A través de las épocas y tiempos. Sobre modas y tendencias. Sobre todo eso... tú eres Dios. Y gracias por eso, porque tu mano tiene en control lo bueno y lo malo... Aun cuando estamos sumidos en la más profunda depresión, tú te acuerdas de nosotros... Te acuerdas que somos débiles y que no tenemos nada en este mundo sino a ti... Gracias por cargar nuestras cargas y por ver el oro puro dentro de nuestro barro. Gracias por tu victoria sobre la depresión y porque nos amas en una esfera superior a la de nuestra imaginación. Háblanos y rompe el silencio en quienes siguen sumidos ahí... Para que oigan la voz de esperanza... para que vuelvan a sentir el gozo de la salvación en tu presencia. Para que vean vida en sus huesos de nuevo. Para que celebren la libertad de la restauración... Amén"
19 de junio de 2011
Gracias Dios...
"Gracias Dios por todo lo significas en mi vida... A veces pienso en la fragilidad de la vida y cómo a veces nos sumergimos en el estrés y el frenesí del día a día, que no pensamos en lo esencial. Para mí lo esencial eres tú... Y ya no me conformo con menos que conocerte cada día más y darte toda mi vida.
Cuando pienso en ti, las lágrimas asoman y las palabras sobran, querido Dios. Cuando pienso en ti, recuerdo las veces que hablábamos juntos de camino a la universidad... o cuando solíamos salir a caminar al anochecer. Y allí escuchaba tu voz que cambiaba mi día, incluso en aquellos días más tristes. Cuando pienso en ti, el agradecimiento surge constante, al ver que sigues ahí con tu misericordia y con tu bondad. Porque aunque el mundo se acabe, tú seguirás allí. Y si caigo, tu me sostendrás.
Gracias por tu voz de padre que a menudo me recuerda que me amas. No se trata de cuánto puedo hacer, sino de lo que tú ya hiciste... O la voz que en un tiempo fue como la de un entrenador y me decías que siguiera adelante aunque doliera, porque eso me haría más fuerte para avanzar... Como cuando me decías que me pondrías en lugares de influencia y no entendía cómo... o que amigos se acercarían a pedir mi consejo y yo no me veía capaz de hacerlo. O como cuando me hiciste pedirle perdón a quien sentía que no merecía... Y así, el orgullo fue cediendo al carácter que tú estabas formando, como un vaso quebrado por el alfarero y que quiere hacer de nuevo.
Entendí, como dijera un escritor, que aunque tenías muchos porqués, en tu presencia no se hizo necesario contestarlos... Porque tú eras la respuesta a esos porqués... tú eras la restauración de mi vida... tú eras mi riqueza... tú eras mi sanidad... tú mi abundancia y prosperidad... Tú eras el premio soñado, el tesoro encontrado... tú eras mi papá... ese que siempre buscaba tener.
Te amo mucho Señor...
14 de junio de 2011
Dejando la pasividad
Hay algunas características que le son propias, como por ejemplo el hecho de querer marcar relevancia en donde estén. Un hombre no está conforme con establecerse en un lugar y organizarlo a su manera, sino que en sus genes está el deseo de extenderse, de ir por nuevos rumbos, de plantearse desafío y metas sin importar muchas veces el costo que eso traiga.
Tampoco un hombre dará a conocer sus áreas débiles a cualquiera. Y eso es quizás uno de los desafíos que toda mujer que anhela conocerle, deba soslayar. Porque en general el hombre tiende a callar sus miedos, a esconder los temores y a bajarle el perfil a los problemas. El dolor es un tema que requiere ser dejado atrás y no enfrentado muchas veces. Por eso pareciera ser que un hombre no sufre y es siempre fuerte. Pero las apariencias se las lleva el viento... En el fondo un hombre igual sufre, igual llora en silencio y oculta la debilidad sin contarle a nadie. Algunos se guardan eso por temor a ser expuestos, a que otros los desplacen del grupo, o por temor a ser tildados como "quienes no se la pueden".
Al hombre le cuesta estar solo. Necesita una comunidad donde sentirse apoyado y desarrollado. Necesita mirar por otros, abrigar autoridad sobre un grupo de personas tal vez o sentirse querido y respetado.
El hombre busca apasionarse por algo sino, todo ese sentido de relevancia cae y él mismo cae en la tristeza y el desgano. La más terrible sensación que puede sentir es la frustración, de saber que se esforzó mucho por algo (por un sueño, por una persona, por un proyecto) y no lo concretó o esa persona no lo valoró.
A veces el hombre piensa mucho las cosas y las lleva poco a la acción. Es lo que yo llamaría: pasividad masculina. De muchas veces saber lo que hay que hacer, pero quedar paralizados por no saber cómo llevarlo a cabo. Tal vez aquí la presencia de una persona que lo acompañe puede sacar de él lo mejor o lo peor. Y cuando digo "alguien que lo acompañe", me refiero a una pareja, un familiar o un amigo. El hombre la mayoría de las veces no reacciona con la crítica amarga, es decir, aquella crítica que lo ataca, que le dice lo imperfecto que es o lo que no sabe hacer bien. Por ahí alguien que sepa cómo hacerlo entender sin llegar a atacarlo, puede conseguir el mejor de los efectos. El hombre reacciona mejor cuando lo alhagan, cuando le dicen sus cosas buenas y no cuando los critican o les dicen todo el tiempo lo malo de ellos o le pasan recalcando sus defectos. La pasividad masculina puede surgir cuando no hay un ambiente favorable para que alcance sus sueños y su sentido de realización.
Por eso mi oración es que podamos ser hombres con los pantalones bien puestos. Es decir, hombres de palabras que, cuando decimos que vamos a hacer algo, lo hagamos en serio y sin dejar pasar mucho tiempo.
"Señor... el ser hombres también nos dota de una autoridad que tú nos has delegado. No es una autoridad para imponerse, sino para cuidar, avanzar, explorar, descubrir y entregar. No esa autoridad para pasar a llevar a los demás, sino para incluirlos. No es esa autoridad para pasar desapercibidos, sino para marcar un destino en la vida de los hijos y de los amigos. No es esa autoridad para dañar, sino para restaurar, construir y dar esperanza.
También te pido que nos hagas libres para desarrollarnos plenamente y para relacionarnos con otros, especialmente con aquellos que tenemos más cerca y que merecen que les abramos nuestro corazón y nuestros sueños, a pesar de que eso implique el ser tildados de débiles o faltos de carácter. En otras palabras, haznos más hombres para poder abrir camino en la incertidumbre y avanzar con valentía a pesar del miedo interno que podamos sentir... sin paralizarnos, sin callar, sin ser pasivos, sin dejar de explorar y soñar..."
6 de junio de 2011
Que quiebre tus esquemas
30 de mayo de 2011
24 de mayo de 2011
Despierto y aún estoy contigo...
16 de mayo de 2011
El poder de Dios: una cuota de asombro
14 de mayo de 2011
Al Dios que cumple
"Mira, el invierno se acabó
10 de mayo de 2011
=)
Recuerdo bien ese día cuando, con tensión en el cuerpo, me puse a escribir. Lo recuerdo porque los perros ladraban fuerte afuera y las luces y bips de los autos se veían y escuchaban desde lejos. Afuera, un auto verde nos tapaba la entrada de la casa, mientras me disponía a trazar líneas sueltas que consiguieran descargar toda la pena, la rabia y la impotencia acumulada. No sabía lo que vendría más adelante... esperaba lo peor: más tensión, más tristeza y tal vez depresión... Cuando me puse a escribir, las lágrimas asomaban solas y sin permiso... Mis mejillas tibias, se volvían más rojas de lo habitual. Reinaba el caos y la tristeza...
Recuerdo bien el día porque me despedí de él con una frase fría, sin saber qué decir. Lo miraba como diciendo: que bueno y que malo que te vas. Cuando se fue, las luces se apagaron, los sonidos cesaron de repente... Los perros dejaron de ladrar y me encontré solo, otra vez. Era esa sensación de soledad que había sentido tantas veces ahí solo en mi pieza. Esa sensación de querer estar con alguien, pero no saber con quién. Lloré. Las lágrimas se hicieron escasas mientras le decía a Dios que le rendía mi felicidad. Recordaba las palabras de amigos que me decían: Saltarás de felicidad algún día.. Yo les decía "sí, sí" y les agradecía falsamente sus buenos deseos...
Recuerdo bien el día porque comenzó una etapa nueva en mi vida. Son esos momentos en que sabes bien que las cosas cambiaran su curso habitual y demandarán más esfuerzo y perseverancia. Sin duda, me sequé las lágrimas ese día y escribí: "Señor, te rindo mi felicidad". Me las volví a secar, porque cada vez que escribía, ellas asomaban solas entre tintas de azul y frases inspiradas en el momento. Cuando por fin las pude secar, asumí que debía madurar, crecer y ser de otra manera. Me propuse ser distinto a otros. Me autoexigí desde ese momento ser bueno en todas las áreas. Quise hacer las cosas bien. Sin embargo, en ese camino Dios me habló y me dijo que debería depender de él y que él se agradaba de mí sin importar mis fallas... Aún en ese día, que fue el más oscuro de mi vida, cuando mi papá se fue de la casa y quedamos solos...
Recuerdo bien ese día porque hoy también lloré solo en mi pieza como aquella vez. Pero en este 2011, cinco años después de todo el caos, todo fue muy distinto. Miré la cama donde me había acostado a orar y vi que habían unos premios que había ganado en la ceremonia de titulación. Los vi allí y me puse a pensar en la fidelidad de Dios... De nuevo lloré como un niño... Hace mucho que no lo hacía. De pronto sentí que todo lo vivido valió la pena en este día. Recordé los aplausos de los compañeros cuando me dieron el privilegio de ser "el mejor compañero" (valga la redundancia); recordé la amistad creada con muchos de ellos y todo lo que Dios me bendijo en este día. Recordé que cuando me dieron el premio y me fui a sentar, Dios me habló de nuevo, como hace mucho no lo hacía: "Yo estoy contigo, hijo". Me dijo y me contuve la emoción de estar ahí. Sin duda alguna, este es el día más contrastante de mi vida... Si el otro fue el más negro, este es por mucho el más alegre en años.
Recordaré este día porque vi que Dios me amaba... porque veía en su rostro la alegría de un trabajo terminado, de un carácter que costó tratar, pero que ahí estaba... Le pregunté por qué tanto amor y tanta fidelidad... Él guardó silencio... De nuevo al escribir, las lágrimas brotan solas...
Mientras le daba gracias a Dios, abrí los ojos y pude ver otro regalo. Era un libro. En el viaje a casa de este día, vi de reojo el título y ya me había emocionado. Cuando lo abrí en la casa y vi lo que estaba en su interior, de nuevo las lágrimas brotaron solas... creo que en tantos años había llorado de nuevo como hoy, pero nunca de tanta felicidad. En ese regalo había una foto que miré con detención. Otra vez recordé las vueltas que tiene la vida. La volví a mirar y a leer el escrito que traía adjunto. Entonces la "vi". Siiiiiiiii, era ella! Era ella la que había estado esperando!! La tuve todo el tiempo allí y Dios se encargó de hacerlo evidente. Recordaré este día porque me emocioné de saber que la Pauly era la persona que Dios me había regalado, como parte de la larga lista de sorpresas de este año.
"Y ahora te miro a ti de nuevo, querido Dios. Como en antaño.. como hace cinco años, en que, escribiendo en un viejo cuaderno universitario, viste mi dolor. Nunca hubo tanto dolor como en aquella ocasión... Había incertidumbre y mucho temor. Hoy te agradezco porque me sanaste, me hiciste de nuevo y veo un nuevo camino que has trazado para mí. ¡Qué bueno fue haber dejado el pasado atrás! Había tanto dolor; hoy, alegría. Había tanta depresión: hoy, ganas de vivir. Había desmotivación pura; hoy, nuevos proyectos que tengo en mente emprender. Había rencor; hoy pude agradecerle a mi papá por todo. Había enemistad; hoy, muchos amigos. Habían muchos colores negros; hoy, muchas luces. Gracias Señor... las lágrimas siguen corriendo solas je.. pero hoy me extiendo a ti como en antaño, para abrazarte y para decirte que, aunque pase por lo más bajo o lo más alto, es a ti a quien quiero y a quien deseo, más allá de todo... Te amo"
5 de mayo de 2011
La felicidad que va por dentro
La felicidad es tan fácil de alcanzar que a menudo la escondemos en el olvido de la rutina. La miramos de reojo y nos parece difícil de alcanzar. Seguramente si para usted alcanzar cierto status quo dentro de la sociedad es sinónimo de felicidad, entonces le costará llegar a ella o verá limitaciones. Si para usted el tener poder adquisitivo es sionónimo de felicidad, ésta fluctuará de la escasez a la riqueza sin que usted se dé cuenta. Pero esto no es felicidad.
Nos han hecho creer que la felicidad se alcanza a través de más dinero. Pero esto no es felicidad. Nos han dicho que si estudiamos y conseguimos una buena carrera y un posterior trabajo, podríamos alcanzarla. Pero eso no es felicidad. "Mientras más tengo, más feliz soy"... ese es el mensaje escuchado a través de la publicidad y los medios de comunicación. Buen auto, buena casa, buena esposa, etc. Pero esto no es felicidad.
También nos han dicho que si oramos más, seremos más felices. Que si somos buenos cristianos, tendríamos asegurada la felicidad por el resto de nuestros días. Sin embargo (y lo diré aunque parezca medio hereje), ¿por qué hay tan altas tasas de depresión dentro de la iglesia? ¿dónde está el mensaje de prosperidad que nos anuncia el evangelio que predicamos? ¿por qué entonces si "cumplimos" en todo con Dios, nos toca la pobreza y la enfermedad? La religión también nos dice que si la seguimos, seremos felices. Pero esto no es la felicidad. El ser un "buen" cristiano, no lo hará más feliz. Nos sumergimos tantas veces en una autosugestión acerca de cómo Dios nos va a bendecir en el futuro, pero nunca la aterrizamos al presente, al día a día... a la rutina... a la ida al trabajo y a su vuelta, al saludo a la familia...
Pero si trabajar en un buen lugar, tener una carrera, ser buenos en la vida, no es la felicidad... entonces, ¿qué es..?
"Para mí el vivir es Cristo..." Así lo dijo el apóstol. Y también agrega: "Si tienen sustento y abrigo, estén contentos con eso". La felicidad no es algo externo. No la consigues por cosas logradas a través de las circunstancias. La vida no la encontramos en nuestros logros, menos en trabajar más o creer que teniendo más dinero viviremos una vida más plena. Tampoco se consigue por una ardua vida de oración por cumplir. No se trata de acciones externas que puedan llegar a hacernos felices. Se trata de un corazón que se ha encontrado con Dios realmente. Dios es capaz de hacernos felices, pero no por "darnos" más bendiciones externas, sino por llenarnos internamente. Cuando nos encontramos con él, entonces la oración ahora sí tiene sentido. Dado que ya somos felices, no vivimos aferrados al dinero o al estrés de tener que llegar a fin de mes. Dado que somos felices, ya no pedimos más que estar con Él, de encontrarnos con su persona. Hasta que lleguemos a decir: "Señor, no te quiero pedir que me des cosas... te quiero a ti"...
La felicidad es Cristo... en sufrimientos tal vez, o en enfermedad... o en momentos de depresión. Aún en lo más bajo podemos estar felices porque lo somos y ya no vivimos dependiendo de la variación del clima o del color de las circunstancias. Ahí cobra sentido trabajar menos -tal vez ganar menos dinero- pero estando más con la familia.
A veces, cuando llego a la casa, oigo a dos pequeñas niñas que me salen a recibir. Siempre sonriendo esperan mi llegada. Con cara de cansancio aún, abro la puerta y siento que corren. Ellas no saben que ese simple gesto es capaz de alegrar incluso el día más triste o estresante... Es ahí cuando entiendo que la felicidad no la consigues buscándola en el dinero.. La tienes ahí, frente a ti... cuando alguien te demuestra que te quiere o cuando nos decidimos férreamente a vivir la vida sin presiones. Aún eso es un esfuerzo diario... ¿asumiremos el reto?
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